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El Telégrafo
Gustavo Pérez Ramírez

Construyendo propuesta de país para una vida digna

04 de mayo de 2014

Tal el lema del Congreso de los Pueblos de Colombia. Como parte de la Cumbre Agraria ha decidido que, desde el 1 de mayo, los sectores populares estén en paro progresivo. Es su lucha por una verdadera democracia y soberanía nacional, contra el modelo de despojo y exclusión que se sigue profundizando en el país. Hacen un llamado a la solidaridad con el pueblo colombiano, sosteniendo que “no existen y no han existido condiciones para el debate de las realidades estructurales del sector agrario, campesino, indígena, afro y popular”, y están decididos a avanzar en la lucha por la vida digna. Hay que “parar para avanzar”.

Desde luego, ofrezco mi solidaridad desde esta columna de opinión.

Hay tres grandes ideas en este manifiesto:

1- Es una propuesta “por el país”, por una verdadera democracia y soberanía nacional, no por intereses de unos pocos, algo que el Gobierno no entiende después de un año de conversaciones en La Habana, donde se tienen ya propuestas integrales para el agro, que, además de salvaguardar la soberanía alimentaria del país, tendrían al campesinado trabajando en condiciones dignas. El presidente Santos responde a esta convocatoria: “Pero si ya les he resuelto 80 de las demandas”. Son 183.

2- El paro apunta a las condiciones estructurales, o sea que va al meollo del problema, no a simples medidas coyunturales o monetaristas, como la devaluación del peso. El objetivo es una Reforma Agraria auténtica, no la que se intentó en la década del 60 del siglo pasado, ante el terror que la Revolución Cubana desató en la oligarquía conservadora y liberal. Se sigue posponiendo en defensa de los intereses de las transnacionales, grandes terratenientes, ganaderos y agroindustriales, entre otros.

3- Se apela a la solidaridad, palabra clave para la construcción de una alternativa, haciendo nugatorios los gritos de las derechas atemorizadas que ven comunismo hasta en la sopa, al que se encargan de tergiversar para imponer competencia, libre mercado, salvar al capital y a los tratados de libre comercio, que tienen quebrado al pueblo.

Un dirigente agrario lamenta el fracaso de las conversaciones sostenidas la pasada semana con el ministro de Agricultura. “Necesitamos hechos que impacten en la vida campesina. Es difícil vivir de promesas. No todo es dinero y acá se necesita voluntad política para hacer políticas agrarias”.

¿Se unirán las izquierdas para que el pueblo pueda llegar al poder, como estuvo a punto de lograrlo con Jorge Eliécer Gaitán?

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