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El Telégrafo

Congo Country

06 de octubre de 2013

El mono aullador llamado también congo es uno de los primates más grandes, pacíficos y enternecedores, camina en manadas que se encuentran en bosques protegidos o en los tramos de floresta junto a las carreteras. Es fácil encontrarlo, lo difícil es hacerle una buena foto, pues en los árboles siempre hay sombra y contraluz, así que se requiere de persistencia y una buena cámara para lograr un acercamiento de su rostro, y con algo más de suerte se puede lograr una fantástica foto de una madre y su cría.

Los remansos de bosque junto a las carreteras y en las orillas de los ríos han permitido que el congo habite prácticamente en todo el país, incluso ha llegado al valle central, del cual desapareció hace varias décadas.

Estas franjas de bosque conviven con terrenos cultivados y zonas ganaderas, que fijan claramente sus límites, demostrando que se puede combinar productividad y preservación, la que a su vez genera millones de turistas que desde todo el mundo vienen con la decisión de tomar fotos del congo, de los perezosos, tucanes, ranas y toda la fantástica vida silvestre, de cuya interpretación viven miles de familias, sea como propietarias de los terrenos donde los guías traen a sus turistas para explicarles científicamente los procesos de la vida y la evolución, sea como touroperadores, transportistas; pero, sobre todo, miles de jóvenes financian sus estudios con labores de guianza, hasta alcanzar un grado de especialización, imposible de ver en otros países.

Cualquier río costero, al tener sus orillas pobladas de bosque, también da sustento a los campesinos de la zona, que a más de sus labores dentro de su frontera agrícola delimitada y respetada, ganan un buen dinero adicional, ofreciendo sus lanchas para recorridos fluviales, en los cuales a cada momento sus ojos expertos descubren en la quietud de la floresta una garza, iguana o perezoso que en su quietud miran como los turistas disparan sus cámaras, con el ansia infinita de llevar una imagen única e histórica.

Claro que en el país de los congos talar un árbol es un delito, las carreteras además de transporte convencional, sus flancos son corredores ecológicos que conectan todo el país con sus áreas protegidas, siendo la única nación donde su biodiversidad crece, contrario al resto del planeta donde es destruida sistemáticamente.

Así que si desea tomar las fotos de monos congos y de muchísimos más, reserve su pasaje a Costa Rica y aprenderá que preservación, investigación, desarrollo, bienestar humano y turismo, es maravillosamente posible.

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