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El Telégrafo

Con un ex Subdirector de la Escuela de Las Américas

27 de mayo de 2012

Enterado de que el coronel ecuatoriano, Patricio Haro Ayerve, fue instructor de la Escuela de las Américas 1992-93 y subdirector 2000- 2001, fui a entrevistarlo. Le expuse mis temores, y que era partidario del cierre por razones de soberanía.

Fue enfático en negar las acusaciones contra la Escuela, conocida como de Asesinos, y asevera que él mismo, como subdirector, influyó para el cierre en diciembre de 2000, argumentando que ya no eran los tiempos de la Guerra Fría, que exigieron la formación en contrainsurgencia. El mismo arrió la bandera de la Escuela de las Américas en diciembre del 2000 e influyó para que se adoptara un nuevo enfoque para la institución, que se reabrió en enero de 2001 bajo la denominación de Instituto de Defensa para la Cooperación de Seguridad Hemisférica.

¿Cambios cosméticos? Lo niega, arguyendo que se reestructuró la enseñanza, enfocada en la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo y la corrupción, lo que implicó abrir cursos para oficiales de la Policía, y eliminar los cursos de contrainsurgencia y de contra guerrilla urbana. (Posteriormente, en un artículo de Bernard Cassen en el Le Monde Diplomatique que comentaré, leí que el representante Michael Harrington introdujo una enmienda a la ley sobre la ayuda al exterior de 1975, que prohíbe la utilización de fondos públicos para la enseñanza de disciplinas propias de la policía en escuelas militares).

El coronel niega enfáticamente que se usaran Manuales de Tortura. Afirma que como subdirector debía conocer el programa de enseñanza, lo que le obligó a estudiar los manuales de otros ejércitos y en particular de la ex Unión Soviética. El que haya habido los casos extremos de las dictaduras del Cono Sur y el de El Salvador, no puede ser imputable a la formación recibida 

El coronel Haro reconoce que el Ejército ecuatoriano ha adoptado la Doctrina Militar de los Estados Unidos, y sostiene que la formación que se imparte en Fort Benning es técnica, no ideológica.

No es partidario de que Ecuador cese de enviar sus militares por razones prácticas. La formación que se recibe allá es gratuita; para el Ejército nacional sería imposible dar el mismo tipo de entrenamiento con los escasos recursos.

Sobre la presencia de militares en la actualidad, confirma que, si bien los cursos de cadetes ya no van  desde 1983, cada año van militares que han obtenido primeras antigüedades. Este año hay, según él, hay un instructor y personal ecuatoriano. Me refirió al Director de Educación del Ejército, quien administra las becas para el exterior.

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