Como es sabido, nuestro país vive un proceso de cambios económicos-sociales trascendentales, bajo la dirección de Alianza PAIS. ¡Cuánto ha cambiado la patria en tan corto tiempo! En un ambiente de paz y democracia, pero aún falta mucho camino que recorrer.
Desde el punto de vista de las luchas populares, ha sido característica la división de la clase obrera y sus partidos. Lo que se ha compensado hoy en día con la aparición de nuevos actores sociales, como los indígenas, movimientos feministas, ecologistas y otros, que tienen reivindicaciones particulares, pero cuya característica común es ser víctimas del sistema. Simpatizan, por tanto, con el proyecto unitario liberador.
Recordemos que el sueño de Bolívar, Alfaro, Martí fue el de la unidad de los pueblos contra la tendencia expansionista y hegemónica de EE.UU.
El pasado 18 de septiembre se constituyó en Quito, con 15 organizaciones políticas progresistas, el frente político unitario Unidos. No es la primera vez que esto acontece. En 1960, algunos partidos y grupos democráticos conformaron la Unidad Democrática Anticonservadora y se construyó URJE, Frente Único Juvenil, que efectuó un sinnúmero de acciones combativas. Ambas organizaciones desaparecieron. Como también el Frente Amplio de Izquierda (FADI), que nació en 1979.
Hoy, la lucha de la Revolución Ciudadana necesita afianzarse en un programa de desarrollo sostenible y en una amplia política de alianzas, en el esfuerzo común de la construcción de la nueva sociedad. En este sentido, el presidente Rafael Correa llama a la unidad de las fuerzas progresistas, eliminando sectarismos y mezquindades, pues el enemigo ‘remozado’ busca volver al pasado. De ahí la necesidad de fortalecer el Frente Unidos, que es la respuesta a la restauración conservadora.
Por otro lado, desde el punto de vista de las luchas populares latinoamericanas, se ha iniciado una nueva etapa, en la que la izquierda necesita establecer una estrecha interrelación entre sus programas y la política de unidad de integración. Al respecto, el 29 y 30 del mismo mes, en nuestra capital con 35 organizaciones invitadas, se realizó el Encuentro Latinoamericano Progresista ELAP-2014, como acto recordatorio de la intentona golpista. En él se analizaron los progresos de la izquierda en Latinoamérica y el mundo en los últimos 15 años y la necesidad de defender los gobiernos progresistas frente a la agresividad imperial y de la nueva derecha. El caso de los fondos ‘buitre’ en la Argentina, cuyo gobierno pagó su deuda; la arremetida de la derecha en la campaña electoral del Brasil, el reciente asesinato en Caracas del joven diputado revolucionario Robert Serra y su compañera María Herrera, dando inicio al delito del sicariato político; son manifestaciones de que los sectores de la derecha luchan por rescatar los gobiernos reaccionarios neoliberales.
Al respecto, recordemos un viejo adagio popular: Solo con la unidad podremos hacer todo. Sin ella no haremos nada.