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El Telégrafo
Juan Montaño Escobar

Con el cununeo del Abuelo Zenón

01 de julio de 2015

Hermanas y hermanos, en términos de riesgo, la Revolución Ciudadana está en alerta amarilla o sea debe probar su FODA, en lo popular (el apoyo entre deseos y pragmatismos) y en lo ideológico (prolongación más allá del período presidencial). Nuestra comunidad afroecuatoriana está convidada a quemar suela en las calles y también, pero sobre todo, a consumir neuronas dándole mente a este proceso político en cabildos de apalancamiento, sin olvidar que las palabras describen realidades o las ocultan. Por estos días hay un abigarrado vecindario en hirviente discusión, entrampado en el anticorreísmo o en su favorecimiento. El calor pasional sofoca a quienes quieren imponer aversiones, sabemos que no hay una doctrina ‘correísta’, sino que el ‘ismo’ se enfoca en la personalidad de Rafael Correa.  

Hermanas y hermanos, la historia de nuestros ancestros es material político de nuestras comunidades y el pasado de sus luchas republicanas debe hablar fuerte y claro hoy, en estos días. No por agitar una banderita partidista ya somos querencia de ese partido. La Revolución, como quieran llamar a los procesos de mejoramiento social, podría ser espejismo o consecuencia en nuestras mentes y corazones, según nuestras evaluaciones comunitarias. Hemos andado etapas persiguiendo la justicia social, si me aceptan la metáfora, tenemos empolvados los pies de caminar por esa utopía y no el trasero, porque casi no hemos descansado. Fuimos (aún lo somos) cimarrones illescanos, bolivarianos, alfaristas, en fin, afiliados a cuanta propuesta revolucionaria coincidía con nuestro sentir histórico.

Hermanas y hermanos, no es solo la personalidad y el liderazgo de Rafael Correa con sus aciertos y errores, más bien es el proyecto político escrito en la Constitución la fuente de nuestros análisis comunitarios, son nuestros derechos colectivos, son las garantías constitucionales para la defensa social y ecológica del territorio y es esa mezcla de pragmatismo y romanticismo acarreada desde antes hasta ahora. No asfixiemos nuestra mente con el vapor partidista y clasista de halagos y condenas, tampoco deberíamos aferrarnos a liderazgos (con la importancia que tienen, sin dudas) como a amuletos personificados, nuestra historia nos obliga, dispersados en la geografía ecuatoriana, a cierta autonomía de razones como comunidades negras. La República del Ecuador es república de intereses, muchos muy nobles y otros diferentes, ¿cuáles son los nuestros?

Hermanas y hermanos, los embates contra el progresismo latinoamericano nos obliga a reorganizar nuestras prioridades con esta pregunta: ¿Qué, nos hacemos a un lado o somos actores políticos? Son los futbolistas quienes ganan el partido, los espectadores aplauden o putamadrean. Al liderazgo afroecuatoriano de movimiento PAIS le corresponde romper esa falsa dicotomía: negros ‘buenos’ y ‘malos’. Esa diferencia es improbable, si se repasan las preguntas de esta jam-session. (O)

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