En mayo de 2013 se cumplieron dos años de haber iniciado la publicación de artículos en esta columna. Por mi formación académica y profesional, he opinado sobre temas fundamentalmente económicos, pero también comenté sobre temas sociales y políticos.
En mi primer artículo, titulado “La UDIS y el dólar”, opiné sobre las monedas sociales y su utilización por organizaciones cooperativas, solidarias y comunales. Dada la crisis europea, escribí algunos artículos sobre la situación económica de Grecia, Portugal, España, etc., en los cuales los políticos tomaron decisiones socioeconómicas irresponsables y que, en buena medida, son causa de la crisis. Los gobiernos, en general de derecha, tomaron medidas draconianas y recesivas, siempre en favor del capital financiero y en detrimento de la población, que pagó los costos de la crisis. También comenté sobre los “indignados” del norte y latinoamericanos que luchan contra el capitalismo salvaje y exigen democracias participativas.
A propósito de las elecciones en Perú, México, Argentina, Venezuela y Paraguay, escribí sobre su economía y política. También analicé la transformación de los derechos ciudadanos en mercancías, como la educación en Chile, que deriva del modelo de crecimiento exitoso en lo económico, pero concentrador, inequitativo y destructor del medio ambiente
Del país, escribí sobre temas económicos y ambientales. En los primeros, destacan los comentarios sobre crecimiento, política económica, aspectos financieros, cambio de la matriz productiva, política pública, pobreza, economía social y solidaria, etc. En las últimas elecciones presidenciales opiné sobre las propuestas económicas y sociales de los dos principales candidatos. Respecto a los temas ambientales, los artículos se refirieron a la contaminación de agua, aire y suelo y la política ambiental gubernamental.
No hay que tirar la piedra
y esconder la mano, debe
haber responsabilidad profesional y ética por las
opiniones o las críticas
Me ha ayudado a escribir haber vivido y estudiado posgrados en el exterior. Conocer otros países y observar su sociedad, cultura, forma de vida, etc., enseña mucho de su realidad. Ser catedrático universitario y columnista permite actualizarse y leer sistemáticamente. Como latinoamericano, indigna saber que el espionaje del norte no solo es a países sino a nivel personal, que se viola la privacidad, el irrespeto a la soberanía boliviana y su presidente, el acuerdo entre países desarrollados para defender sus velados intereses, etc., pero dejemos a los especialistas estos temas.
He recibido comentarios de los lectores, que retroalimentan al columnista. Para más acercamiento con ellos, creé el blog finanyeco.wordpress.com. La línea editorial y de los columnistas identifica la posición de un medio de comunicación. En estos, la opinión, desde cualquier visión, debe ser argumentada, propositiva, objetiva, independiente y abierta a la crítica.
A mi juicio, un columnista debe aportar con su opinión para esclarecer, explicar, criticar, analizar y plantear ideas, propuestas, criterios, etc., sobre todo, de los problemas del país. Este diario ha publicado mis artículos reproduciendo contenido que escribí, lo que muestra su ética y respeto al columnista. No hay que tirar la piedra y esconder la mano, debe haber responsabilidad profesional y ética por las
opiniones o las críticas. El debate de las ideas debe ser con altura y respeto.