Publicidad

Ecuador, 03 de Octubre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Antonio Quezada Pavón

Comunicación efectiva

29 de enero de 2015

La masacre de Charlie Hebdo en París y la reciente guerra en las redes sociales en Ecuador me llevan a pensar en la necesidad de saber comunicarse. Un mensaje equivocado puede generar una tragedia.

Comunicación efectiva es un proceso para construir un mensaje y enviarlo a través de un medio apropiado a una audiencia objetivo determinada, de tal manera que el mensaje sea recibido y se dé una retroalimentación. Este proceso de comunicación es efectivo cuando el mensaje que se envía es comunicado en el momento correcto, a la persona indicada y de la manera más apropiada para obtener una respuesta adecuada. Qué decir, cuándo decir, dónde decir  y cómo decir es lo que realmente importa.

En los negocios y en la política se necesitan la delicadeza y diplomacia de las palabras para cerrar contratos y acuerdos, deslumbrar a los clientes y ciudadanos y para motivar y retener a los empleados y partidarios. Un negocio, así como un movimiento político, prosperarán si se sabe cómo comunicar apropiadamente.

Hay que pensar siempre acerca de las consecuencias de lo que uno dice, pues cada acción tiene una reacción opuesta similar. Muchos observadores estamos preocupados porque los jóvenes están perdiendo de alguna manera nuestra muy preciada herencia cultural de ser decentes y veraces en el lenguaje. Esto se debe posiblemente a la carencia de modelos de liderazgo y eventualmente a que la política nos muestra mentiras, insultos, insinuaciones y un comportamiento espantoso en público. Usamos frases copiadas de telenovelas, fingimos acentos que no son los de nuestro terruño y adoptamos comportamientos muy distintos a los  de nuestra crianza. Es verdad que la migración, consecuencia del odioso neoliberalismo, hizo que las familias se fraccionen y se alteren o se pierdan principios y valores que eran la base de nuestra sociedad.

Ese no es el Ecuador que deseamos y por el cual nuestros héroes dieron sus vidas para librarnos de todo tipo de yugo colonialista. Nos corresponde a todos, adultos y jóvenes, cuidar nuestro lenguaje, tanto en público como en nuestro pequeño microcosmos privado donde interaccionamos con nuestros pares, familia, amigos y colegas. Es lamentable que nuestra nación esté llena de conversación vacía y ninguna acción concreta. Nuestros mayores decían que una acción habla más alto que muchas palabras.

La Revolución Ciudadana necesita gente activa, y como Gandhi decía: “Seamos el cambio que deseamos ver en el mundo”. Debemos mostrar tolerancia y deferencia con los ancianos y con las autoridades; pero más importante, con los temas religiosos, políticos, culturales, raciales, de género, etc. Saber comportarse no es símbolo de condescendencia. El objetivo del Buen Vivir exige de nosotros ser firmes, vivaces, impetuosos, pero, asimismo, profundamente asertivos.

Contenido externo patrocinado