El concepto presidencial de compensar a regiones que han aportado al desarrollo del país, como la Amazonía y Esmeraldas, merece aplicarse también a Baños, que por 30 años aporta a Ecuador la energía de la central hidroeléctrica Agoyán, también casi un lustro con la central San Francisco y vienen en camino la central del Topo y Río Verde Chico.
Desde tiempos de Inecel hasta la actual Celec, Baños no ha recibido ningún beneficio por su aporte hidroeléctrico, ni siquiera el personal contratado es de la ciudad, la gran mayoría viene diariamente de Ambato en varios buses, contraviniendo expresas disposiciones presidenciales.
Celec tampoco ha trasladado a la comunidad la cancha de fútbol y, al igual que en los tiempos de las doradas burocracias, el conjunto de cabañas vacacionales Los Pinos es para uso exclusivo de familiares de funcionarios, incrementando costos y marginando a la población y en especial a los jóvenes, de acceso a instalaciones que podrían ser un tan necesario centro de arte y cultura. Las pocas instancias públicas que hay en la ciudad también tienen en su mayoría personal de fuera.
Baños es un destino muy ‘familiar’ porque sus instalaciones públicas no han cambiado en décadas. Sus dos parques centrales fueron construidos en los 60 y a uno de ellos se le reemplazó la vieja pileta por un tubo; el mercado no se ha modernizado, el principal balneario de La Virgen se inauguró en el gobierno de Isidro Ayora en la década de los 20 y las piscinas, inauguradas en la administración de Camilo Ponce Enríquez, se usan a medias, ambos balnearios no han sido modernizados, solo capas de pintura una encima de otra.
La terminal terrestre no es acorde a un centro turístico de alto tráfico y en feriados los turistas hacen cola a la intemperie.
La ciudad no tiene un relleno sanitario ni tampoco una planta de tratamiento de aguas servidas -que van directo al río Pastaza- para su población de 20.018 habitantes y para el flujo diario de turistas; tampoco hay espacios para recreación infantil, juvenil ni de tipo familiar, a excepción del parque Montalvo. Los jóvenes que practican fútbol solamente pueden hacerlo en una de las 2 canchas privadas. No hay un teatro moderno ni espacios lúdicos. Para finalizar, el presupuesto para inversión en obras no llega a 2 millones anuales.
Es hora de que el presidente Rafael Correa conozca la realidad de Baños, donde los tres últimos alcaldes han sido distantes a la Revolución Ciudadana, que debe compensar el aporte de esta ciudad al desarrollo de Ecuador.