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El Telégrafo

Ciencia para la paz y el desarrollo

17 de noviembre de 2013

Las Naciones Unidas en 1986 y durante el Día Internacional de la Paz, destacaron el importante papel de la ciencia y la tecnología en el mantenimiento de la paz mundial y el progreso e instauró el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo. En esta línea, la ONU dedicó la pasada semana, iniciada el 11 de noviembre, a la ciencia.

En esta reunión que acaba de finalizar, la ONU instó a los países miembros, ONG, universidades, institutos de investigación y a la sociedad entera, a comprometerse en llevar adelante acciones para que el desarrollo de la ciencia y la tecnología esté encaminado hacia la paz. En esta perspectiva, el secretario de la ONU abogó porque la ciencia y la tecnología contribuyan a promover el progreso y la paz en todos los ámbitos: desde el cambio climático hasta la salud pública, la seguridad alimentaria, el saneamiento, el desarme y la preparación para casos de desastre. Además, anotó que, con demasiada frecuencia, los responsables de la paz desconocen las soluciones que la ciencia y la tecnología tienen para hacer frente a los retos actuales, y que incluso una proporción muy grande del mundo permanece al margen de los avances científicos. Entre los retos que formuló están promover la investigación “favorable a los pobres”, reducir la brecha digital, ampliar la educación a fin de que las personas estén mejor preparadas para trabajar en ciencia y tecnología.

En la reciente reunión se invocó la responsabilidad que tiene nuestra generación con los conocimientos y medios necesarios para acabar con la pobreza extrema y abrir el camino hacia un futuro sostenible. Se exhortó a proteger a toda la humanidad de la aplicación con fines destructivos de los avances y los recursos científicos, principalmente a trabajar por un mundo sin armas nucleares frenando la proliferación de otras de destrucción masiva. Esto y más se puede lograr, como se apuntó, si aunamos esfuerzos para promover políticas de información objetiva.

El mensaje es oportuno y cumplirlo constituye un desafío en un mundo en el que el poder y la guerra tratan de imponerse a toda costa y los científicos diseñan armas, sofistican espionajes, manipulan bacterias y virus, prueban químicos, fortalecen trajes de guerra, irrumpen en la privacidad y más.

Este pronunciamiento de la ONU es, además, un llamado a los gobernantes y líderes de los países que más invierten en armamento y avivan las conflagraciones. ¿Esta Semana de la Ciencia para la Paz se convertirá en una esperanza real para la humanidad o será una evocación más de la palabra paz?

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