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El Telégrafo

Chile, allende la historia

11 de septiembre de 2013

El 4 de septiembre, por la vía electoral, se instauró en Chile, y por primera vez en América Latina, un gobierno popular, con Salvador Allende Gossens, marxista, revolucionario y socialista. Se inició una etapa de profundas transformaciones, rescate de las riquezas, nacionalización del cobre y expulsión de los  monopolios, reforma agraria, políticas económicas productivas y redistributivas, basadas en la propiedad social y en el marco de recuperación y defensa de la soberanía nacional, construyendo poder popular.

Salvador Allende, elegido en las urnas, señaló: “Hemos planteado un proceso revolucionario, en pluralismo, democracia y libertad, y de acuerdo a nuestra tradición y nuestra historia; nada ni nadie nos va a separar de esta ruta. Nuestra meta: desarrollar a Chile, para que el hombre pueda aspirar a plenitud a su libertad integral”.

Los 3 años de gobierno de la Unidad Popular se incorporaron a la historia de Chile como la etapa más creadora y trascendental.

El 11 de septiembre de 1973, hace 40 años, con el bombardeo al palacio presidencial, para doblegar la  fortaleza  que significaba este hombre de paz y tras la masacre a miles de patriotas, se instauró un régimen represivo, criminal, antinacional, presidido por Augusto Pinochet -sepultado en el basurero de la historia junto a otros asesinos-, que interrumpió el proceso pacífico, democrático, provocando la liquidación de la soberanía nacional.

En su último discurso, poco antes del ataque final de las hordas fascistas, auspiciadas por la CIA en el gobierno de Richard Nixon, exclamó: “¡Yo no voy a renunciar!,  tienen la fuerza, podrán avasallar, pero no se detienen los procesos sociales ni con la fuerza ni con el crimen. La historia es nuestra y la hacen los pueblos… el capital foráneo, el imperialismo, unido a la reacción, crearon las condiciones para que las FF.AA. rompieran su tradición… el pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse. Trabajadores de mi patria, tengo fe en Chile y en su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo, el de la traición… sigan ustedes sabiendo que mucho más temprano que tarde  de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo!  ¡Vivan los trabajadores!”.

Fue una experiencia histórica, ejemplo para Ecuador y América Latina, referente para los gobiernos populares que con valentía defienden al pueblo, sus recursos, la integridad patria, la integración solidaria y que  buscan construir  la Patria Grande.

Salvador Allende visitó  Ecuador. Su sacrificio y memoria invitan a luchar. La Universidad de Guayaquil lo nombró Doctor Honoris Causa y tras su muerte le puso su nombre a la Ciudadela Universitaria.

La lección de Chile está presente hoy, más que antes. Hay que cuidar los procesos de cambio y los gobiernos democráticos, fortalecer la organización política que los respalda, luchar por la unidad del pueblo, vincularse con los trabajadores, campesinos, agricultores, empleados públicos, indígenas, jóvenes, mujeres, profesionales y otros sectores sociales, fortaleciendo su organización.

Hay que consolidar la integración en solidaridad de América Latina. Lograr que las FF.AA. y la Policía Nacional se organicen y funcionen en el marco de respeto a los derechos humanos, los cambios, la  defensa de la soberanía y la nación.

Nunca más en América Latina dictaduras sanguinarias ni gobiernos vendepatria.

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