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El Telégrafo

“Carlos Concha Torres, primero entre iguales”

08 de junio de 2013

El historiador Elías Muñoz Vicuña tituló así su libro, acerca de la vida del coronel Carlos Concha Torres, miembro de una familia de héroes que sacrificó vidas y fortuna, combatiendo junto al general Eloy Alfaro en aras de la liberación nacional. Basta recordar el nombre de sus hermanos Luis Vargas Torres, mártir de la Revolución Liberal, y de Clemente Concha Torres, fallecido a consecuencia de las heridas que recibió en uno de los primeros combates de la gesta  que culminó, años después, con el triunfo de la Revolución Alfarista.

En acto de estricta justicia, el aeropuerto remodelado de Esmeraldas ha sido bautizado con el nombre del coronel Concha. Así se reconoce la vida y obra de quien nació en el seno de una acaudalada familia el 11 de agosto de 1864, e hizo estudios de medicina y odontología en Francia y Estados Unidos. Hombre de vasta cultura, dominó varios idiomas. A su regreso al país, se sumó a las fuerzas liberales combatiendo junto a ellas, hasta que el 23 de abril de 1895 tomó la plaza de Esmeraldas y proclamó al general Alfaro como jefe de Estado, en un proceso que culminó en Guayaquil el 5 de junio de ese año. Fue diputado en la Asamblea que dictó la primera Constitución de la nueva época y de la que en 1906 consolidó los principales avances.

Perseguido por las fuerzas placistas, logró esconderse y llegar a Esmeraldas, desde donde  protagonizó una revolución entre 1913 y 1916Luego ejerció el Consulado General en París, donde realizó una activa labor en beneficio de su patria y de la revolución. Participó del movimiento que llevó al caudillo a su segundo período presidencial  y, en Guayaquil, con mucha tristeza, fue testigo de los terribles sucesos que desembocaron en el asesinato de los héroes liberales el nefasto 28 de enero de 1912. Perseguido por las fuerzas placistas, logró esconderse y llegar a Esmeraldas, desde donde protagonizó una revolución entre 1913 y 1916, con la cual logró poner en jaque al gobierno presidido por Leonidas Plaza Gutiérrez, a quien acusó de destruir la revolución liberal y ser directo responsable de la muerte de Alfaro. Depuso las armas ante el nuevo régimen presidido por Baquerizo Moreno y falleció, a los 55 años, el 12 de abril de 1919.

El ilustre historiador Jorge Pérez Concha, sobrino del coronel, lo definió como “hombre incorruptible”. El tiempo ha juzgado y valorado a los protagonistas de esa etapa heroica y convulsa.  

La vida de quien protagonizó la reivindicación del honor del país debiera ser -junto a la de su legendaria familia- conocida y admirada  por todos los ecuatorianos.

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