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El Telégrafo

Cambio de rumbo

10 de mayo de 2012

El pueblo francés eligió como su presidente al socialista Francois Hollande, un defensor de los programas de estímulos del Gobierno para favorecer a los oprimidos. Esta victoria de la izquierda francesa representa un duro golpe a los esfuerzos en favor de la austeridad que han sido el sello capitalista de Europa en los últimos años. Los socialistas rebosaban de júbilo por tener a uno de ellos en el poder luego de estar ausentes del Gobierno de Francia, desde que Francois Mitterrand dirigió los destinos de esa nación entre los años 1981 y 1995.

Lo que parecía antes, una fácil reelección para Sarkozy, a partir de la salida del escenario electoral de Dominique Strauss-Khan por un escándalo sexual, gracias a sus errores estratégicos, a la crisis de la zona euro y a la división del voto conservador entre él y la candidata de la extrema derecha, Marine Le Pen, aupada por el propio Sarkozy, ha devenido en una catástrofe que amenaza la supervivencia política de la derecha en Europa.

El cambio político en Francia, con la victoria de Hollande, supone un salto cualitativo por el peso que tiene este país en la configuración de las políticas en la Unión Europea, a través del denominado eje franco-alemán. Suave y afable, el presidente electo hereda un país muy endeudado y dividido sobre cómo integrar a los inmigrantes a una sociedad con rezagos xenófobos, que intenta preservar su identidad nacional. Hollande se presentó como un vehículo para el cambio de rumbo en la Unión Europea.

Ante una multitud de partidarios, en un discurso en la Plaza de la Bastilla, dijo: “En todas las capitales hay personas que, gracias a nosotros, tienen esperanzas y están atentas porque quieren acabar con las medidas de austeridad”. Agregó: “Ustedes son un movimiento que se levanta en todas partes de Europa, y quizás del mundo. Me siento orgulloso de haber sido capaz de devolver la esperanza a la gente”.

Además, prometió ayuda para los pobres de su país, después de años bajo el régimen de Sarkozy, un hombre al que muchos veían como demasiado cerca de los ricos y a quien culparon por los problemas económicos y el alto desempleo. 

Finalmente, Hollande ha dicho que su primer acto después de su elección será escribir una carta a otros líderes europeos para pedirles una renegociación de un tratado que recortó los presupuestos generales de los países que integran la Unión Europea.

En conclusión, con este, ya son doce los cambios que se han producido en Europa desde  2010, año en que la crisis económica y financiera comenzó a afectar a la Eurozona. Lo que en buen romance significa que, en tiempos de crisis los pueblos evitan los tortuosos caminos de la improvisación y transitan por la autopista de la templanza.

A fuerza de tropezones, decisiones desacertadas y candidaturas antihistóricas, los ciudadanos aprenden a no repetir en las urnas los accidentes políticos que les llevan a orillas del precipicio. Por suerte, vamos despertando del letargo neoliberal.

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