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El Telégrafo

Brzezinski y Rusia

13 de enero de 2014

El Dr. Zbigniew Brzezinski, politólogo norteamericano de origen polaco, que ocupó cargos importantes en el Club de Roma; que fue contratado por Rockefeller para que dirija la creación de la Comisión Trilateral, de la que fue su primer director; que aplicó el concepto de Estado Totalitario para los países socialistas e identificó a Stalin con Hitler; que fue Consejero de Seguridad Nacional del presidente Carter; un antirruso tan de cepa que cuando le preguntaron sobre su aporte en la caída del comunismo, respondió que su lucha había sido contra Rusia, independientemente del ropaje que ella vista; aquel que ante el temor al renacimiento de Rusia dijo que se le podía permitir existir, pero no convertirse en una potencia, lo que se debía evitar a cualquier precio.

Este mismo político sostiene actualmente que contra los EE.UU. actúan tres fuerzas: la antiglobalización, el marxismo igualitario y el cristianismo humanista, y propone anteponer a estas amenazas el renacimiento de la democracia americana y su cultura de masas, que le ha permitido a los EE.UU. ganar numerosas batallas de la Guerra Fría.

Para él, los actuales EE.UU. se semejan a la URSS de los ochenta por las siguientes seis razones: la bancarrota financiera provocada por sus aventuras militares; la imposibilidad de reformar su sistema político; la caída de su nivel de vida; la llegada al poder de una clase adinerada, que solo piensa en enriquecerse y a la que le es indiferente el destino del resto del país; el intentar disimular los problemas internos, buscando enemigos externos; y una política internacional, que los aísla del mundo.

Afirma también que si en 1997 creyó que los EE.UU. tenían garantizado su liderazgo por unos treinta años, ahora, si se mantienen esas seis tendencias, no solo que los EE.UU. en los próximos diez años perderán su liderazgo sino que es muy probable que tengan una catástrofe social, que repita en ellos la tragedia soviética.

La respuesta sobré qué hacer para que los EE.UU. no pierdan este liderazgo, que en realidad defiende los intereses de la clase dominante de ese país, sorprende por provenir de alguien que nunca ocultó su odio a Rusia. Sostiene que de la unidad de los EE.UU. con Turquía y Rusia depende el destino de la humanidad, que Occidente debe integrar a Rusia a su sistema como aliada estratégica; caso contrario, América puede desintegrarse, lo que sería una catástrofe para la élite en cuyo nombre habla.

Como reza el dicho, más sabe el diablo por viejo que por diablo, y Brzezinski, además de diablo listo, es viejo zorro.

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