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El Telégrafo
Raúl Viver

El diario del “Flaco”

Bollettieri ingresa al Salón de la Fama en su tercer intento

El diario del “Flaco”
09 de marzo de 2014

Días atrás dio la vuelta al mundo la noticia de que el famoso entrenador  Nick Bollettieri había sido elegido para ingresar al Salón de la Fama del Tenis Internacional, en Newport, Rhode Island.

Para muchos, esto no es una sorpresa, pues Bollettieri tiene más de 60 años en esta profesión en la cual ha tenido mucho éxito y ha participado de una u otra forma en el desarrollo de las carreras deportivas de 10 tenistas que han alcanzado el primer lugar del ranking, como:  André Agassi, Jim Courier,  Boris Becker, Mónica Seles y  María Sharapova.

Pero, tal vez, el más sorprendido fue el mismo Bollettieri. No porque él  pensara que no lo merecía, pues los que conocen a Nick saben que la falta de confianza en sí mismo no es una de sus debilidades, sino porque ya había sido nominado en dos ocasiones anteriores y no había logrado la votación necesaria para ser admitido dentro del selecto grupo. Para entrar al Salón de la Fama, la persona nominada debe obtener el 75% de aprobación de los votantes, caso contrario, la nominación no es aprobada. Y Bollettieri ya fue rechazado en las nominaciones de 2010 y 2012.

Pero a su 82 años, Nick se convirtió en apenas el tercer entrenador en el Salón de la Fama, los otros dos son el fallecido Harry Hopman -múltiple campeón de la Copa Davis como capitán del equipo australiano- y el norteamericano Robert Johnson, por su extraordinario trabajo con tenistas afroamericanos, especialmente sus alumnos, Althea Gibson y Arthur Ashe, campeones en múltiples ocasiones de torneos de Grand Slam. Bollettieri nació el 31 de julio de 1931 en Pelham, el estado de Nueva York, y no fue un tenista destacado ni compitió en el alto nivel. Apenas jugó unos semestres con el equipo de Spring Hill College, una pequeña universidad de Mobile, Alabama; después de egresar, ingresó al Ejército de Estados Unidos donde adquirió el grado de Primer Teniente. Luego estudió  jurisprudencia en la Universidad de Miami  durante tres meses, antes de abandonar y comenzar a dar  clases de tenis en 1956, por un valor de $ 3 la hora. Eso le permitía pagar sus gastos.

A pesar de su poca experiencia y conocimientos en esa época, Nick era un gran comunicador. Sabía cómo llegar a sus estudiantes y tenía ganas de aprender. Manejó una pequeña academia de tenis en Beaver Dam,  Wisconsin, luego a inicios de los 70 trabajó como director en un lujoso hotel en Puerto Rico, pero su sueño siempre fue tener su propia academia de tenis para entrenar a jóvenes y llevarlos a los niveles más altos.

Nick se radicó en Florida a mediados de los 70, donde trabajó como instructor en el Colony Beach y Tenis Resort, pero ya en 1978 comenzó a funcionar la Academia de Tenis Nick Bolletttieri en Bradenton.

En unos remotos terrenos que compró gracias al préstamo de un amigo suyo que es millonario.
Entre sus primeros alumnos estuvieron Jimmy Arias, quien llegaría a ser # 5 del mundo; Paul Annacone, que se colocó entre los 20 mejores; y como entrenador tuvo de pupilos a Pete Sampras y Roger Federer. Con ellos también entrenaba Pablo Arraya, exjugador Copa Davis de Perú y el primer pupilo sudamericano que tuvo Nick en su academia.

En los 70, una época en que el tenis era un deporte conservador con respeto a las tradiciones, Bollettieri, de personalidad avasalladora, extrovertido, ruidoso y siempre autopromocionándose, diciéndole a quien le escuchara que era el mejor ‘coach’ del mundo y que formaría campeones, no era bien visto por muchas personalidades del tenis mundial.

Eso, sumado al hecho de no haber sido un jugador destacado, contribuía a que mucha gente no lo tomara en serio y lo considerara un comerciante,  experto en publicidad o incluso un vendedor de humo y no verdadero conocedor del deporte ni formador de tenistas.

Pero a base de trabajo y dedicación sus jugadores empezaron a conseguir resultados importantes y su academia empezó a ser reconocida dentro y fuera de  EE.UU.

Después de Jimmy Arias, Aaron Krickstein, otro de sus alumnos, también ingresa al Top 10 y viaja por todo el mundo, siempre acompañado por Bollettieri. A pesar de todo, sus detractores lo acusaban de que sus jugadores no eran tenistas completos y que solamente sabían jugar desde el fondo de la cancha y pegarle fuerte a la pelota con su golpe de derecha.

Pero su fama como  gran entrenador se consolida definitivamente cuando a comienzos de la década del 80 llega a su academia un jovencito de Las Vegas llamado André Agassi.
Con apenas 13 años y  bajo su tutela se convierte en uno de los mejores de la historia del deporte blanco.

A pesar de todo el éxito de su academia, su prestigio y la cantidad de alumnos que recibe de todos los rincones del planeta, debido a problemas administrativos y financieros, se ve obligado a vender su academia en 1987.

Su nuevo propietario, la empresa IMG, es una compañía que organiza eventos deportivos y  maneja las carreras de muchos de los mejores atletas de diferentes disciplinas deportivas.
Nick siempre estuvo pendiente del funcionamiento de la academia, pero no estaba muy al tanto del manejo administrativo. Su fuerte era estar en la cancha y no en las oficinas.

A pesar de que el nombre cambió y actualmente se llama IMG Academy, para el mundo entero sigue siendo la academia de Bollettieri; además de que Nick tiene todavía su cargo como presidente del Programa de Tenis. Y ahora que está cerca de cumplir 83 años, mantiene la energía y la pasión que lo llevaron a triunfar en el mundo del tenis.

Hasta el día de hoy se levanta a las 05:00, se ejercita y a las 06:00  ya está dando su primera clase privada junto a sus ayudantes. Claro que actualmente una clase con Nick ya no cuesta $ 3 como hace más de 50 años, el día de hoy hay que desembolsar $ 900 para tener el privilegio de tomar una lección con una leyenda como Nick, cuya jornada de trabajo termina alrededor de las 18:00.

Nick se ha casado ocho veces y con su actual esposa, Cindi, hace unos años adoptaron dos niños de Etiopía que hoy tienen 6 y 9 años, respectivamente.

Con prácticamente seis décadas como profesor, Nick mantiene la misma pasión por el tenis que tenía en sus inicios. Su nuevo libro saldrá a la venta en abril y él continúa viajando por todo el mundo dando charlas técnicas y motivacionales, o asistiendo a torneos de tenis acompañando a algún alumno y aún se emociona cuando entrena un niño o una niña con potencial para ser el próximo Agassi o la próxima Mónica Seles.

La inducción al Salón de la Fama es un justo homenaje a una leyenda viviente como Nick Bollettieri, a pesar de que les resulte un poco incómodo a ciertos tradicionalistas del tenis.

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