La Constitución elaborada en la ciudad de Montecristi fue ratificada mediante consulta popular por el pueblo ecuatoriano en 2008. En el artículo primero, párrafo segundo, se lee textualmente: “La soberanía radica en el pueblo, cuya voluntad será el fundamento de la autoridad, y se ejerce a través de los órganos del poder público y de las formas de participación directa previstas en la Constitución”.
Da la impresión de que los malos perdedores no lo han leído.
En el proceso democrático cumplido el 17 de febrero de 2013, el pueblo expresó su voluntad y ordenó que el gobierno de la Revolución Ciudadana continúe durante cuatro años más dirigiendo los destinos de la Patria. Fueron 4’918.482 votos a favor del binomio Correa – Glas. Triunfaron en 23 de las 24 provincias del Ecuador. No fue necesaria una segunda vuelta.
De un total de 137 miembros de la Asamblea Nacional, el pueblo dispuso que 99 sean de Alianza PAIS. Esta cifra supera cómodamente los dos tercios (91 asambleístas). Hecho inédito desde el retorno a la “democracia” en 1979.
Los neoliberales criollos, sus partidos y movimientos –desobedientes, caprichosos- no terminan de asimilar la aplastante derrota. Por ello empiezan a construir sofismas para tratar de justificar lo injustificable.
Ahora resulta que la clase media (formada actualmente por el 51% de ecuatorianos y ecuatorianas), porque no quiere retornar al tenebroso pasado neoliberal, es boba.
Creo que esta derrota a los neoliberales criollos les ha dolido en el alma; pero ese gran dolor no justifica que sus corifeos sean irrespetuosos con el mandante.
El mensaje del 17–F es muy claro: el pueblo dijo no al mal vivir, sí al Buen Vivir. No a los poderes fácticos, sí a la democracia participativa. No a los demagogos, sí a los que cumplen. No al neoliberalismo, sí al Socialismo del Siglo XXI.
Algunitos siguen ofendiendo a la inteligencia del pueblo ecuatoriano. Y hasta retiran los asientos de varias agencias. ¿Será, acaso, porque muchísimos clientes no votaron por el dueño del banco? Ahora que hagan nomás la cola de pie, por bobos.
Las estadísticas publicadas por una institución seria como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe reflejan mejores condiciones de vida para las ecuatorianas y ecuatorianos. ¿La CEPAL también se ha hecho boba?
Al mismísimo Banco Mundial no le quedó más remedio que reconocer que la pobreza disminuyó y que la clase media creció en el Ecuador.
Los que no controlan sus frustraciones y las hacen públicas utilizando sofismas que son retransmitidos por cajas de resonancia apolilladas, recibirán lo que se merecen en las elecciones para autoridades seccionales del 2014, por irrespetuosos con el soberano.
Los políticos vasallos tendrán que seguir preparándose para nuevas derrotas, porque el país llamado Bobolandia no existe.