Publicidad

Ecuador, 02 de Octubre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Gustavo Pérez Ramírez

Best seller mundial de historia

12 de octubre de 2014

El domingo pasado me enteré por un diario de Colombia de la publicación en septiembre de 2013 de un libro de historia económica de 670 páginas, del que se ha vendido un millón de ejemplares en varios idiomas: El capital en el siglo XXI, de Thomas Piketty, economista francés.

Busqué más información en internet, pero no encontré la versión en español; un amigo me prestó el original en francés. Habiendo leído las 68 páginas introductorias, me apresuro a animar a mis lectores a no dejar pasar desapercibido este libro fundamental para la lucha contra las desigualdades, que impiden que surja una sociedad de bienestar auténticamente democrática.

Se trata de una investigación de 15 años sobre la relación capital-ingresos y reparto de riquezas a través de tres siglos y medio en 20 países ricos. El arsenal de datos conduce al autor a entender la dinámica que rige la acumulación y distribución de la riqueza. El capital ha crecido de 4 a 5% con impuestos mínimos, mientras que la economía ha crecido en 1%, dado que la desigualdad es inherente al capitalismo. La tendencia de las ganancias del capital excede la tasa de crecimiento económico y mina los valores democráticos.

El autor califica a Marx de apocalíptico, por su tesis de que la acumulación del capital privado conduce inevitablemente a una mayor concentración de riqueza y de poder en pocas manos. En el otro extremo, cita a Kuznets, quien esperaba una  recuperación espontánea de las desigualdades y una armoniosa estabilización, como  el oleaje que hace subir a la vez a todas las embarcaciones.

El libro de Piketty es una respuesta a estas dos posiciones y concluye que el capitalismo produce mecánicamente desigualdades arbitrarias que ponen en tela de juicio radicalmente los valores de la meritocracia sobre los que se fundan las sociedades democráticas.

Destaco que el autor no se queda en elucubraciones sino que, a diferencia de ciertas izquierdas interesadas solo en deconstruir, ofrece soluciones: una revolución fiscal, más intervención del Estado, remedios de política fiscal inmediata y factible, o sea recurrir a la política pública para hacer que la economía crezca a la par con el rendimiento del capital y proponer un impuesto progresivo a las personas más ricas.  Es cuestión también de aplicar salarios máximos, como se hace en Suiza desde hace años.

El análisis da la razón implícitamente al movimiento ‘Ocupa Wall Street’ que surgió hace años en EE.UU. con la consigna de que en el 1% de los ciudadanos está concentrada la riqueza del país más rico del mundo.

Piketty ha encontrado que en los últimos 30 años, 60% del incremento del ingreso nacional de EE.UU. ha ido al 1% de la población.

Sus reflexiones tienen relevancia especialmente en América Latina, la región más desigual del mundo, reacia a  reformas fiscales, quizás obsesionada por Kuznets.

Este gran libro está impulsando un inevitable debate  sobre las desigualdades entre ricos y pobres en todo el mundo.

Contenido externo patrocinado