La Unión Patriótica (UP) nace el 28 de mayo de 1985, como consecuencia de los acuerdos de paz suscritos entre el gobierno de Belisario Betancur y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
La UP se constituye en un partido político en donde confluyen amplios sectores de la sociedad colombiana, en clara oposición a los partidos liberal y conservador que se habían convertido en actores exclusivos de la vida política colombiana.
La UP, en marzo de 1986, participa por primera ocasión en las elecciones y logra la más alta votación en la historia de los partidos de izquierda: 5 senadores, 9 representantes a la cámara, 14 diputados departamentales, 351 concejales y 23 alcaldes municipales.
Ante este primer éxito electoral de las fuerzas de izquierda, las élites económicas, los partidos tradicionales y algunos sectores de las Fuerzas Armadas diseñaron una estrategia genocida para eliminar del espectro político a esta naciente fuerza de oposición, que podía convertirse -en el mediano plazo- en una clara opción de poder.
Se iniciaron entonces las masacres, desapariciones, atentados y asesinatos en contra de los líderes y miembros de base de la UP. El 30 de agosto de 1986 fue victimado Leonardo Posada, quien fue electo a la Cámara de Diputados. Fue la primera víctima de una serie de crímenes selectivos.
El 11 de octubre de 1987 fue asesinado Jaime Pardo Leal, candidato presidencial de la UP, cuando retornaba de su pequeña finca familiar ubicada en la localidad de Mesa, Cundinamarca. En ese mismo año fueron eliminados el senador Pedro Luis Valencia y el congresista Octavio Vargas Cuellar.
El 11 de noviembre de 1988, en Segovia, Antioquia, se comete una terrible masacre: 43 muertos. Entre los fallecidos estuvieron ancianos, niños, hombres, mujeres, adolescentes. ¿El motivo? En esa población habían triunfado ampliamente los candidatos de la UP.
En las cercanías del aeropuerto El Dorado es herido Bernardo Jaramillo Ossa, candidato presidencial de la UP. Horas más tarde falleció. Era el 22 de marzo de 1990.
Según organizaciones de derechos humanos -que se han interesado en estudiar este capítulo de la historia colombiana- son alrededor de 4.000 las víctimas de la política de “tierra arrasada” que las élites diseñaron y ejecutaron contra la Unión Patriótica.
Este perverso plan fue denominado Baile Rojo… Y todo esto sucedió durante varios “gobiernos democráticos”. Las fuerzas insurgentes plantean que se inaugure en Colombia la justicia social. Para los grupos interesados en que la guerra continúe, ¿los rebeldes siguen “pidiendo demasiado”?
Ojalá que en las nuevas conversaciones, que se iniciarán el 8 de octubre de 2012, la paz que anhela el pueblo colombiano -luego de medio siglo de confrontación- pueda conseguirse.