Que sea en el Caribe, América Latina, África o Asia, hay una apertura a la Teología de la Liberación, encarnada en diferentes contextos culturales, y a diferente ritmo de intensidad. En común se tiene la opción por los pobres y su liberación mediante el amor eficaz que no se queda en compasión, sino que va encaminado a la transformación de la realidad. Es una apertura revolucionaria. Camilo Torres Restrepo, sacerdote católico, fue pionero de esta opción a su manera radical, en la Colombia de los años 50 y 60 del siglo pasado.
Contemporáneos suyos islámicos lo han sido en África y Asia, quizás influenciados por su ejemplo, enraizados en sus propias creencias, como Camilo lo fue en las suyas, queriendo vivir el Evangelio como los primeros cristianos con todas sus exigencias.
Islámicos revolucionarios encuentran en su libro sagrado, El Corán, la idea de la justicia entre los hombres, no solo en el seno de la comunidad de los creyentes, lo mismo que el principio de igualdad y equidad que enseñaba Mahoma: ‘Todos los hombres son iguales como los dientes del peine’; ‘ “ Nadie puede decirse creyente si se echa a dormir mientras su vecino padece hambre’.
Destaco el paralelismo entre el sociólogo Camilo Torres Restrepo (1929-1966) y el sociólogo persa, Ali Shariati (1933-1977), quien consideraba la religión un catalizador de la revuelta contra el capitalismo y el imperialismo.
No he leído su libro La construcción del yo revolucionario, pero sí el comentario que de él hace Kacem Gharbi, en su ensayo Por un islam de la liberación.
Shariati, sociólogo revolucionario, desarrolló la idea de un islam en lucha contra las desigualdades sociales, participó activamente en la guerra de liberación argelina, y como a Camilo, su compromiso le costó muy caro: fue asesinado por los servicios secretos del Shah de Irán en 1977.
Gharbi, a manera de conclusión, dice que el texto fundacional del islam permite concebir una sociedad justa y sin clases. Tenemos además una historia de revoluciones liberadoras y también una escuela de pensamiento contemporáneo que defiende de manera encarnizada, y al precio de la vida, la idea de una sociedad justa.
Fue encarcelado durante la dictadura de Ben Ali; ahora elabora un proyecto político de izquierda islámica, según el modelo de la teología de la liberación cristiana. Teología que, felizmente, asume el Papa Francisco, como lo demuestra en su opción por los pobres, base sobre la cual se propone reformar la iglesia católica.