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El Telégrafo

Antes de morir

07 de febrero de 2013

Hay seres generosos que en el lecho mortuorio, antes de partir para siempre,  dedican sus últimas caricias y los bienes que poseen, pocos o muchos, a los demás. Se van con la alegría de ser despedidos con amistad o amor, según los casos. Pero hay también seres monstruosos que no soportan la felicidad del prójimo, aunque invoquen a Dios todos los días.

Son dichosos solamente cuando ven o hacen sufrir a los demás. Tal es, sin duda, el caso del asesino de dos partidarios de Rafael Correa a quienes acuchilló a la luz del día y en presencia de una multitud, hiriendo al mismo tiempo a varios de los concurrentes que preparaban  un mitin para recibir al candidato de sus simpatías.

Ahora el criminal sostiene tranquilamente que no sabe “qué le pasó”. Si él no lo sabe, nosotros sí conocemos la mano criminal que armó la suya: el odio de la oposición derechista y sus aliados de la contienda electoral. Es ese odio sanguinario que ha caracterizado siempre a los dueños del país, a los propietarios de indios, negros y montubios carentes de fortuna.

Es el odio que arrastran desde el asesinato de Alfaro y sus tenientes en 19l2; el odio que los “Patriarcas de la Componenda” desataron contra el presidente  Jaime Roldós hasta el crimen colectivo de Huairapungo en 1981, luego de asesinar a un ilustre partidario suyo, el economista Abdón Calderón Muñoz: es el odio que la partidocracia y sus testaferros desataron contra el presidente Rafael Correa y el pueblo mismo en la intentona golpista del 30-S.

Y por cierto, es también el odio que inculcan y practican  en todas partes los chacales de la CIA, que para eso están en este mundo: para provocar guerras, magnicidios y masacres dondequiera que  el imperio ve o cree ver un enemigo. Los regueros de sangre impuestos por él cubren los cinco continentes.

De allí que nosotros venimos advirtiendo del peligro sistemáticamente, no porque estemos atacados por paranoia alguna, sino porque conocemos bien  la catadura de los imperialistas y sus secuaces criollos dispersos en el planeta.

Ahora en  Ecuador veremos episodios de  fuerza y violencia por parte de los grupos que saben de antemano que perderán las elecciones del 17 de febrero, en las que el pueblo dará masivamente el triunfo a Rafael Correa y sus partidarios de la lista 35.

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