Algunos acontecimientos trascendentes se produjeron en los últimos días. En las elecciones del 28 de octubre, las 346 comunas chilenas eligieron a sus alcaldes con interesantes resultados. Hubo una abstención muy alta, quizás porque la votación tuvo el carácter de voluntaria o, tal vez, por la desilusión de la ciudadanía frente a los partidos tradicionales. Aquello determinó, posiblemente, que sufragaran las personas más convencidas ideológica y políticamente de las diversas tiendas partidarias.
La centroizquierda, en oposición al actual Gobierno, alcanzó un importante triunfo que tiene un valor simbólico en algunos casos, como en la alcaldía de Santiago, donde la electa Carolina Tohá lleva el histórico apellido del ministro mártir de Allende, o en Ñuñoa, en que ganó Maya Fernández Allende, nieta del inolvidable presidente.
Ahora la Coalición tiene 167 municipios y la oportunidad de reivindicar, desde las bases, su razón de ser, acatando el clamor de miles de estudiantes y trabajadores que reclaman un poderoso golpe de timón, que liquide los fuertes rezagos de la dictadura y encamine al país dentro del concierto latinoamericano.
El pueblo panameño desarrolló acciones contundentes en las cuales, pese a la sangrienta represión gubernamental, consiguió la derogatoria de la Ley 72 dictada por el presidente Martinelli, que permitía la venta de tierras en la Zona Libre de Colón. La acción popular impide la consolidación del modelo neoliberal en el istmo.
En la segunda vuelta de las elecciones municipales de Brasil, el Partido de los Trabajadores alcanzó un resonante éxito en Sao Paulo, con la victoria del académico Fernando Haddad, doctor en Filosofía y Máster en Economía, sobre José Serra, figura prominente del opositor Partido Social Demócrata.
Con el auspicio del ex presidente Lula y de la presidenta Dilma, tanto el recién electo en la principal urbe, como los que dirigirán la mayoría de las ciudades de ese inmenso país, se proponen disminuir la brecha entre ricos y pobres, acción en la que han trabajado con éxito los dos presidentes del PT y que continuarán los nuevos cuadros animados por ese “sentimiento de cambio” de que habló Haddad.
Brasil es fundamental para Unasur, Celac y Mercosur, por lo que es de vital importancia la consolidación de las fuerzas democráticas en la quinta potencia mundial, cuyo pueblo comparte la corriente ideológica de los demás que, en América del Sur, abren paso a una nueva época histórica.