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El Telégrafo
 Pablo Salgado, escritor y periodista

Alto al genocidio de Israel

11 de julio de 2014

Al mismo tiempo que Alemania, sin contemplaciones, propinaba a Brasil la peor ‘goolpiza’ de su historia; Israel bombardeaba, sin piedad ni misericordia, la Franja de Gaza. En el primer caso, tan espectacular goleada generó indignación e ira entre los aficionados y la ‘torcida’ brasilera, mientras que solo tibias voces se alzaban, en Occidente, para protestar contra las bombas que mataban a casi un centenar de palestinos, la mayoría niños, mujeres y ancianos.  

Estos bombardeos de Israel, cometidos dentro de la operación denominada ‘Margen Protector’, ratifica una vez más a Israel como un Estado genocida y terrorista. No importa las declaraciones de Naciones Unidas o de la propia Comunidad Europea, Israel sigue matando a un pueblo indefenso. Son diez años ya que Israel levantó un criminal muro de Cisjordania, el de la vergüenza, que convirtió a la Franja de Gaza, de 350 kilómetros, en la mayor cárcel del mundo en la que malviven más de un millón y medio de palestinos.

El pretexto que Israel encontró en esta ocasión es el secuestro de tres colonos israelitas, en una zona que está bajo control de Israel, aunque en verdad el origen de esta situación es la ocupación, ilegal e ilegítima, de Csijordania. Sin inmutarse y sabiendo que Israel goza de total impunidad, el viceministro israelí Danny Danon ha dicho que atacará con toda su fuerza a Hamás (movimiento integrista islámico, y hará pagar “un precio muy caro al liderazgo palestino” y no descartan acción alguna contra el gobierno de la Autoridad Nacional de Palestina en Gaza y Cisjordania.

Hace tan solo un mes, el papa Francisco reunió en los jardines del Vaticano a los dos máximos líderes de Israel y Palestina, Shimon Peres y Mahmud Abás, respectivamente, con el objetivo de iniciar un proceso de pacificación y entendimiento en Medio Oriente. Gesto inútil. Hoy mismo siguen cayendo bombas israelíes que dejan más muertos y más heridos, casi todos civiles.

Todas las resoluciones de Naciones Unidas para que se derrumbe el vergonzoso muro de Cisjordania son ignoradas. Las resoluciones del Tribunal de La Haya y de múltiples asociaciones y organizaciones humanitarias caen en saco roto. Ya es hora de actuar y sancionar a Israel de modo contundente y definitivo.

No podemos cruzarnos más de brazos. Cada niño palestino muerto debe ser un llamado a la conciencia para que termine la impunidad de la que ‘goza’ Israel. No más silencio ni complicidad. La ONU debe enviar inmediatamente a los cascos azules para proteger al pueblo palestino.

Palestina tiene todo el derecho a vivir en paz, en libertad y haciendo uso pleno de su soberanía.

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