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El Telégrafo
Fabrizio Reyes De Luca

Alianza efectiva

20 de febrero de 2014

Hace dos semanas, los países que conforman la Alianza del Pacífico anunciaron un acuerdo comercial, mediante el cual se desmontarían los aranceles en un 92% y el restante 8% estaría sujeto a negociaciones bajo el compromiso de que estos impuestos a las importaciones entre los cuatro aliados desaparezcan en los próximos 17 años.

Esta alianza integrada por Chile, Colombia, México, Perú y Costa Rica, en calidad de observador, vino a ser la respuesta de Estados Unidos a los proyectos de alianzas promovidas por los países que están siendo gobernados por presidentes progresistas, quienes decidieron construir el camino de su desarrollo sin los obstáculos que impusieron durante siglos las potencias europeas y este ‘hermano mayor’ que nos ha considerado su patio trasero.

Algunos expertos dicen que, para dar la impresión de que la Alianza del Pacífico es un proyecto latinoamericano, no aparece por ninguna parte el padre que lo engendró. Aducen que no podría ser de otra manera, ya que la intención de levantar el Área de Libre Comercio de las Américas fue frustrada por el liderazgo político de nuestra región, encabezado por el extinto Hugo Chávez.

Sorprende que un esquema de integración que apenas nace (su creación se anunció en  2011) sea ‘tan ágil y efectivo’ y vaya dando saltos enormes y acelerados como los que les permite caminar a la vez hacia la unión aduanera y el mercado común, con libre tránsito de personas incluido.

En tres años esta alianza ha avanzado lo que no ha podido en casi 23 años el Mercosur, porque entre los líderes de nuestra región no existe la voluntad política de que se amplíe a todas las naciones de Sudamérica, puesto que no tienen visión de futuro y recelan de los territorios de sus Estados, en donde pueden ser caudillos sin el riesgo de enfrentarse a una comunidad más grande que, en términos políticos, sería más competitiva. Es que no tienen una clara conciencia de lo que ocurre hoy en el mundo, que las fuerzas sociales del mercado o productivas están conformando uniones históricas, que van dejando en el pasado al liderazgo del siglo XX.

Tal situación ocurre en el Mercosur, la Unasur y la Celac, porque fuera de las cumbres presidenciales, donde solo se pronuncian discursos, se firman declaraciones finales que luego se quedan en cartas de buenas intenciones y se toman las ya patéticas ‘fotos de familia’, no ocurre nada que ayude a consolidar estos bloques, haciendo temer que el liderazgo regional se perdió con la muerte de Hugo Chávez.

Desde EE.UU. se está construyendo la Alianza del Pacífico, una comunidad que representa el 40% del PIB latinoamericano, con casi la mitad de la población regional. Por ello, Europa, con su acuerdo de libre comercio con Colombia y Perú, también presiona por una mayor integración sudamericana. Es que estadounidenses y europeos necesitan mercados.

¿Tendrán los chinos que presionar al Mercosur, la Unasur y la Celac para que salgan de su letargo y caminen con celeridad hacia una mayor integración?

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