No es nuevo que las fuerzas imperiales estén al acecho de los gobiernos revolucionarios y progresistas del planeta. Cuantas veces sea necesario para sus intereses, recurren a crímenes, invasiones, bloqueos y guerras.
Irak, por partida doble; Afganistán, Egipto, Siria, Libia. La nueva masacre a los palestinos, a través del sionismo de Israel que abiertamente apoyan. Antes, Nicaragua sandinista, Guatemala, Cuba, Chile de Allende, Uruguay, Brasil, Santo Domingo, Panamá, Venezuela de Hugo Chávez. Siguen en la mira Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Ecuador y Argentina, entre tantos.
Han organizado planes contrarrevolucionarios con diferentes camuflajes y nombres. Uno de ellos, Alianza para el Progreso. No hubo ni alianza, peor progreso. Lo que hubo en paralelo es el plan terrorista Cóndor.
Ahora, en América Latina hay un plan, el de la Restauración Conservadora. Utilizan las ONG, Gremios y programas internacionales de ‘ayuda’. Es el caso de la Usaid, la Konrad Adenauer (para amamantar a la Democracia Popular), Plan Colombia, etc. Utilizan la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que agrede al Gobierno a título de defender la ‘libertad de prensa’, esa libertad que jamás han practicado sus socios, o la CIDH para ‘defender’ los derechos humanos.
Mienten, calumnian, desinforman, utilizan gremios y partidos, compran dirigentes, financian la subversión contrarrevolucionaria en el planeta.
La CIA es uno de los órganos especializados para el efecto; ha alentado golpes de Estado, impuesto dictaduras militares sangrientas que han asesinado a decenas de miles de latinoamericanos patriotas; ha organizado fraudes electorales, estimulado o boicoteado candidatos. Ha sido y es toda una trama y un tejido político-financiero de terror.
Hay que estar alerta. Los residuos de la partidocracia, algunos dirigentes de poderosos gremios empresariales, renegados de ‘izquierda’, líderes indígenas, vividores a los que financia la extrema derecha, ciertos propietarios de grandes medios y conductores de noticiarios y columnistas a su servicio y, por cierto, uno que otro asambleísta, alcalde o prefecto, que son convocados o se suman con cualquier pretexto a encuentros para converger en contra de la Revolución Ciudadana.
El pretexto es la oposición a Rafael Correa porque ‘concentra poderes’, el terror a su eventual reelección, ya que hay que defender la ‘democracia’, con la que engañaron al pueblo, reduciéndola a elecciones amañadas, con leyes hechas ‘a la carta’, con las que atracaron el ahorro nacional, los dineros del BCE y presupuesto estatal.
Con el plan neoconservador, buscan volver a entregar la soberanía y el petróleo a las transnacionales; y entregar el país al FMI que, como sabemos, con su política neoliberal perversa, casi liquida a la patria.
Por ello, lo urgente y necesario es la unidad de todas las fuerzas políticas y sociales de izquierda, progresistas, reales, para sostener la Revolución Ciudadana y fortalecer Alianza PAIS.
A cerrar filas para volver a derrotar a la reacción conservadora vendepatria y al neogolpismo, a afirmar el carácter revolucionario del Gobierno y no perder de vista el objetivo del socialismo.