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El Telégrafo

ALBA esperanza

08 de febrero de 2012

Cuando EE.UU. quiso imponer el proyecto  Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) hubo rechazo generalizado de los pueblos, con el justo argumento de que la economía de millones de empresarios medianos y pequeños se liquidaría, por la competencia desleal del Norte, cuyos productores son subsidiados y de mayor capacidad competitiva.

Surgió la Alianza Bolivariana de los Pueblos de América (ALBA), que al momento está integrada por Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador y 5 países del Caribe. Acaba  de sumarse Haití en condición de observador.
La ALBA se fortalecerá. Es, en buena parte, la ideología de la región. La XI Cumbre de Caracas, celebrada en días pasados, en el marco del 20 aniversario del levantamiento contra el poder oligárquico de Venezuela, que inicia la Revolución Bolivariana, resolvió aspectos de trascendencia histórica.

Rafael Correa tomó la iniciativa, con entusiasta aprobación, de condenar el colonialismo inglés que usurpa las  islas Malvinas, desde hace cerca de dos siglos. Demandó imponer sanciones a Inglaterra. Están en estudio las medidas. Condenó el bloqueo  a Cuba y propuso no asistir a la  Cumbre de las Américas en Cartagena -bajo la agenda e interés de EE.UU.-, si no participa el hermano país, pidiendo, además, que los miembros de la Confederación de Naciones de América Latina y el Caribe (Celac) discutan posiciones comunes  sobre estos temas. Pidió salirse del tristemente célebre Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), impuesto en 1947, instrumento imperialista con el cual EE.UU. controlaba militarmente y “protegía del peligro comunista” a nuestros paisitos, sobre todo de potencias extracontinentales, en ese caso la URSS.

Cuando Inglaterra invade Argentina, el imperio no la protegió; lo contrario, se adhirió al agresor. Entonces,  ¿para qué sirvió esa basura de Tratado? Descuido de nuestros países permanecer en él. Oportunidad de enmendar. Bien traída la iniciativa de Rafael Correa.

ALBA resolvió también ampliar el apoyo a Haití. Eso es solidaridad. Condenó la intentona de invasión a Siria e Irán, en consecuencia con su política de defensa de la soberanía de los pueblos. En suma, posturas de dignidad y firmeza. ALBA es eso, es esperanza.

Paralelamente a la Cumbre se reunieron,  por primera vez, dirigentes de los partidos, movimientos sociales y medios alineados con los procesos de cambio y con la ALBA. Estos acordaron iniciar acciones y delinear políticas comunes para tener en nuestros países más democracia, cambios, soberanía y  solidaridad, derrotar la explotación, colonialismo y neocolonialismo.

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