Publicidad

Ecuador, 30 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Lucrecia Maldonado

Ahí te quería ver...

28 de mayo de 2014

Lo que no hemos visto hacer al presidente Correa en siete años lo hizo Luis Beltrán, el nuevo director mexicano de los Medios Públicos Municipales de Quito, en menos de una semana: censuró un programa de radio que ni siquiera nos consta que haya escuchado dos veces. El motivo no se explicita, porque es tácito: el programa ‘El poder de la palabra’, del medio digital Ecuadorinmediato, dirigido por Francisco Herrera Aráuz, es afín al actual gobierno del país, aunque quienes lo hemos escuchado hemos advertido que no escatima en críticas justas, aparte de una evidente y sana intención de objetividad presente en la mayoría de sus entregas.

No solo se ejerció la censura previa, sino que se terminó unilateralmente un convenio que vencía a fines de este año, fecha en la cual se podía decidir si el programa continuaba o no, y censurarlo discretamente sin ingresar en el escándalo presente.

Sorprende, porque el actual Alcalde de Quito demostró ser de esas personas sensibles a las que tanto lastima el ‘autoritarismo’, el ‘irrespeto’ y la ‘falta de libertad de expresión’ que supuestamente estamos viviendo los ecuatorianos desde que el presidente Correa asumiera su cargo. Tan sensible era a esto que se dedicó a colaborar en una aburridísima tarea: la recolección, clasificación y conteo de insultos y ofensas proferidas por el Mandatario contra instituciones, personas, animales y cosas.

Incluso quienes no votamos por él pensamos que al asumir el cargo lo primero que haría sería abrir las puertas de los medios públicos municipales al que es y al que no es para que expresen todo lo que quieran (eso sí, sin insultar ni ofender, porque si no también se le podía hacer el respectivo conteo). De hecho, se ha rodeado de personas que, por ejemplo, apoyan causas tan nobles como la igualdad de los derechos GLBTI, la despenalización del aborto y otras similares, con las que concordamos plenamente.

Sin embargo, las personas y las instituciones tenemos un adversario interno muy poderoso y siempre sincero que se llama ‘inconsciente’. Y el inconsciente suele ser el mayor traidor, precisamente porque aparece con la verdad en el momento preciso. Por mucho abrigo de lana de oveja merina con que se cubra alguien, el inconsciente es el que permite que las patitas de lobo se vean en el momento menos conveniente y, como en este caso, más pronto que tarde. Porque lo que en el fondo le duele al sector de la política ecuatoriana representada por Rodas no es que se censure, sino que censure otro.

Contenido externo patrocinado