Rindo homenaje a los integrantes de la ‘Tri’ por su debut en el Mundial de fútbol contra un campeón europeo, y a los demás de su etnia que juegan en numerosas selecciones del continente, y en tantas más a través del mundo. Auguré a la ‘Tri’ éxito en su encuentro con Honduras. Un triunfo con talento y táctica en un deporte en el que se gana más con la cabeza que con los pies.
Sus triunfos inflan la autoestima nacional, y deberían también contribuir a derrotar el racismo por difícil que sea de erradicar.
No bastó todo un año consagrado a la lucha contra los prejuicios raciales en 2011. Habría que aprovechar la euforia deportiva que se vive, para seguir analizando a fondo el tema sin esperar a que se inicie el Decenio Internacional de los Afrodescendientes que comienza el primero de enero de 2015, y que durará hasta el 31 de diciembre de 2024. Un decenio más, porque se reconoce que a pesar de los esfuerzos realizados, millones de personas siguen siendo víctimas del racismo, la discriminación, la xenofobia y la intolerancia.
Es de esperar desde ahora que, al término de este decenio, no sea necesario pensar en más decenios similares para que avance la causa de los afrodescendientes, si se revisa la estrategia y refuerza la educación recurriendo a la sicología y a la neurociencia, que avanza exponencialmente con un más profundo conocimiento del cerebro y del comportamiento humano.
Quienes han analizado los resultados desde Durban (2001) dan cuenta de que han ocurrido cambios sustanciales que inciden en los cambios progresistas del continente, y proponen que la agenda esté centrada en los Derechos Humanos relativos a la discriminación racial, y en temas como la izquierda y los afrodescendientes; la afroderecha o cómo opera el imperialismo y su penetración en los movimientos afrodescendientes; las articulaciones organizativas regionales, más allá de las dádivas y las donaciones; el tema del socialismo afro en las propuestas de Cuba, Nicaragua, Venezuela, Ecuador y Bolivia; partidos, gobiernos, Estados y movimientos sociales afrodescendientes autónomos; la espiritualidad como fuerza de convicción en las luchas; la visión de género; la diversidad sexual.
Se trata de una agenda global en la que el tema fundamental es cómo transformar la sociedad capitalista y construir una sociedad, sin racismo, sexismo y sin exclusiones.
Cierto, “Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”, reiterada frase de Einstein, no para citar como argumento de autoridad, sino por su veracidad comprobable, como enseñan estudios especializados sobre el prejuicio.