Hasta hace unos meses la principal preocupación de las aerolíneas eran los altos costos del combustible y bajarles los precios o subsidiarlos era un gancho para motivarlas a incrementar frecuencias a los países de Latinoamérica, todos con economías por una década en crecimiento, gracias a los buenos precios de las materias primas que producimos y que China engullía con voracidad.
En la actualidad, el precio del combustible para aviones ha bajado al igual que el valor del petróleo, aunque detrás de su caída pesan más las represalias contra Rusia por la anexión de Crimea que la sobreoferta de crudo en el mercado; el apetito del gigante chino ha disminuido derrumbando los precios de nuestras materias primas, según unos analistas; otros creen que simplemente es el fin de un ciclo de bonanza al que sigue uno de vacas flacas, cualquiera sea el caso, las perspectivas de crecimiento de nuestras economías son muy conservadoras, por lo que las estrategias de desarrollo del mercado aéreo se centran en el análisis de los siguientes factores.
La desaceleración económica es el más importante y más preocupante en Brasil y Argentina, pero los dos gigantes están por asumir sendas distintas, Brasil prácticamente va a abandonar el Mercosur, y si bien en el discurso seguirá presente, en la práctica apuesta por el comercio y los tratados con Europa, lo que dejará a los ‘gauchos’ sin su principal socio comercial.
La competencia de aerolíneas de fuera de la región es una amenaza a las aerolíneas locales, en especial las de Norteamérica, país que atrae viajeros por muchas razones: su economía crece, visitar a la familia, poderosa oferta turística y las compras; por ello son habituales los anuncios de nuevas frecuencias y vuelos directos a las diferentes ciudades latinoamericanas.
No deja de ser un limitante a la evolución aérea la falta de infraestructura, más cuando las ampliaciones de los aeropuertos suelen durar demasiados meses o se construyen aeropuertos pequeños que en pocos años son rebasados por la demanda, tanto de pasajeros como de carga, que se prevé crecerán este año.
Las aerolíneas de bajo costo experimentan un crecimiento muy fuerte en oferta y en ampliación de alcance; a las mexicanas, brasileras y chilenas ahora se suma Viva Colombia, que tiene a Ecuador en su radar, las Low Cost ya tienen un 39% del pastel, un 29% más que hace una década y sistemáticamente están buscando nuevas ciudades donde hacer bases e interconectar más metrópolis por aire, algo que en Europa es normal en el 97% de urbes, pero en nuestra región solo el 41% de las ciudades importantes tiene vuelos directos entre ellas, por lo que la conectividad entre grandes urbes es la mejor opción de ampliación del mercado aéreo.
Aumentar el tamaño de los aviones, asociarse a las alianzas globales, fusionarse, son cartas que barajan las aerolíneas de nuestra región ante el nuevo escenario económico de nuestros países, que cambiará severamente y, como siempre, serán los que vean las oportunidades, los que se renueven, los que se adapten; los que crecerán, en tanto los que se dediquen a lamentarse entrarán en recesión y sufrirán la ingobernabilidad. (O)