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El Telégrafo

Adiós a Estorino

07 de diciembre de 2013

En su amada La Habana, a los 88 años, falleció el 22 de noviembre Abelardo Estorino. El dentista nacido en Matanzas dejó su profesión para dedicarse desde el triunfo revolucionario a su gran pasión, el teatro. Como dramaturgo, crítico y director, visitó numerosos países en los cuales recibió honores y reconocimientos.

Lo conocimos -hablo en plural, pues todo fue junto a Juan- cuando, invitado por el Festival de Teatro de Manta, que dirigen el infatigable Nixon García y su esposa, visitó Guayaquil. Al amparo de esa fiesta de la dramaturgia contactamos a figuras emblemáticas de la escena cubana, como Héctor Quintero, Adria Santana, Paula Alí, Andrés Mari, Jorge Cao, cuyas presentaciones dejaron huella entre actores y autores de esa feliz época. Después volvimos a encontrarnos en La Habana y consolidamos una amistad que duró hasta el final, igual que con Héctor y Adria, que lo precedieron en el viaje definitivo.

El dentista nacido en Matanzas dejó su profesión para dedicarse desde el triunfo revolucionario a su gran
pasión, el teatro.
Autor de obras ya clásicas, como El robo del cochino, Las impuras (basada en el texto de Miguel de Carrión), del musical Vacas gordas, El peine y el espejo, Los mangos de Caín, se inició en el Teatro Estudio junto a  figuras famosas, como Vicente y Raquel Revueltas. Con su monólogo Las penas saben nadar, junto a su actriz favorita Adria Santana, recibió grandes aplausos desde Guayaquil hasta Nueva York; a Vagos rumores, de la autoría de Estorino, también protagonizada por Adria, la aplaudimos en la capital cubana y nos congratulamos de las merecidas preseas que se le otorgaron: el Premio Nacional de Literatura en 1992 y el Nacional de Teatro en 2002. Trabajó estrechamente con  Casa de las Américas y su revista Conjunto.

En su casa del Vedado, donde tuvimos el honor de estar, conocimos al gran pintor Raúl Martínez, su compañero de muchos años. Fue un hombre sencillo, cordial, generoso; guió a jóvenes autores, como nuestra hija Yanna. En su natal Matanzas, al despedirlo, el escritor Omar Valiño dijo: “…Trazó sobre la tierra hecha escenario el mapa de esta isla y su gente, de este pueblo y sus comportamientos…”. Su partida tuvo gran repercusión en Cuba y en otros lugares a los que llevó sus obras o estas se representaron.

En uno de nuestros viajes a la isla, tuve el honor de juntar a Estorino, Héctor Quintero,  Raúl Martínez, Adria Santana, Paula Alí, Andrés Mari y Vicki. En casa de mis hermanos Martha y Patrice, disfrutamos de una tarde inolvidable e irrepetible, grabada a fuego en mi memoria, como uno de mis recuerdos más preciados.

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