Algunos años atrás, en los tiempos de la larga noche neoliberal, cuando dos jóvenes se unían –muy enamorados, claro está– los familiares, amigos, vecinos y demás conocidos de la pareja, decían: “Se casan tan jovencitos. ¿De qué irán a vivir? ¡No tienen ni para parar la olla!”.
Los regímenes neoliberales, dóciles a las políticas del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, pulverizaban anualmente los salarios de la gente. En consecuencia, la canasta familiar andaba siempre paseándose por las nubes. Por esta circunstancia, los niños no nacían “con el pan bajo el brazo”. Nacían con Bonos Brady bajo los dos brazos. En buen romance, nacían endeudados. Los padres, con la llegada del nuevo miembro de la familia, andaban endeudados hasta la coronilla.
Como no hay mal que dure cien años ni pueblo que lo resista, las mayorías decidieron poner un alto a las pesadillas neoliberales. En efecto, a partir del año 2007 las cosas empezaron a cambiar, porque se han dado varios incrementos a los ingresos de los trabajadores. Estas medidas han permitido que la alada canasta realice la maniobra de aproximación y aterrice sin contratiempos.
Para este año 2013 está previsto que el costo de la canasta básica familiar sea de 617,38 dólares. El Salario Básico Unificado que rige desde el 1 de enero de 2013 es de 318 dólares, monto que sumado al décimo tercer sueldo, décimo cuarto sueldo y los fondos de reserva, alcanza la cifra de 635 dólares, que cubrirá completamente el costo de la canasta.
Los sueldos de los periodistas y trabajadores de los medios de comunicación tienen incrementos entre el 45% y 87%; sus salarios van desde 432 hasta 817 dólares. El periodista profesional gana, desde el 1 de enero de 2013, 817 dólares. Los que no tienen título ganan entre 550 y 675 dólares.
Los comentaristas informativos y deportivos de radio, presentadores de programas, camarógrafos e investigadores de comunicación, recibirán un salario de 432 dólares.
Varios medios de comunicación “libres e independientes” han preferido despedir a los periodistas, antes que pagarles lo que la ley dispone. Son esos mismos medios los que ayudan a los partidos que representan a las élites a condimentar las tres especialidades de la casa: pobreza, inequidad, explotación.
En febrero de 2013 hay que escoger entre los políticos hambreadores -herederos de la partidocracia y coautores del feriado bancario- o los políticos responsables que hoy hacen posible que la gente pueda “parar la olla” dignamente.
Las mayorías no son ingenuas como algunos creen. No van a votar por ofrecimientos demagógicos. Van a votar por quienes ya han demostrado que saben hacer obras para alcanzar el Buen Vivir. Así de simple.