El próximo 15 de enero se cumplirán 8 años de la Revolución Ciudadana. Coincide con la ejecución de un proceso de reorganización de AP, lo que amerita algunas reflexiones, para compartir con más de un millón de adherentes y más de cinco millones de hombres y mujeres que la apoyan en los eventos electorales, representando a la mayoría del pueblo.
En este lapso, AP, inicialmente dirigida por Ricardo Patiño, en momentos difíciles de convergencia de muchas fuerzas y tendencias políticas y gremiales, lanzó exitosamente la candidatura de Rafael Correa, en respuesta a la vieja partidocracia y las trincas, que habían feriado el país las políticas neoliberales que tantos sacrificios populares provocaron, y se gestiona y aprueba la Constitución de Montecristi; luego, conducida por Galo Mora, realizó una campaña masiva de afiliaciones y gestionó el reconocimiento legal, con lo que se logran las dos reelecciones de Rafael Correa, en una sola vuelta electoral, con amplio margen, sin precedentes en la vida política nacional; en la última Convención en Esmeraldas se designa a Doris Soliz, se reforman los estatutos y se desarrolla un amplio proceso de organización de asambleas y convenciones, más de mil, a nivel parroquial, cantonal y provincial, se eligen nuevos dirigentes en los territorios; hecho político inédito en el país.
Por cierto que en estas etapas ha habido limitaciones organizativas, discrepancias, confrontaciones, errores e insuficiencias que tienen que corregirse; pero lo de fondo ha sido positivo, meritorio y bueno para el pueblo ecuatoriano. Sin dudas hay una masiva adhesión al proyecto RC, por lo que es urgente su consolidación y desarrollo, que todos debemos apoyar, conscientes de que “el enemigo está afuera” y que el proceso, siendo exitoso en estos 8 años, ha conducido a una coyuntura peligrosa, que hay que enfrentarla con firmeza, para derrotar a la derecha y sus trincas, que quieren volver a sus viejas prácticas de saqueo de nuestras riquezas, explotación laboral y políticas económicas de endeudamiento leonino, atracos bancarios, pobreza y desempleo, mayor concentración del ingreso, con el tutelaje del FMI, todo lo cual se ha liquidado en alto grado en este período, en el que el pueblo recuperó soberanía, Estado, petróleo y la dignidad nacional.
Como se dijo en reciente acto de apoyo a Marcela Aguiñaga, nueva directora de AP Guayas, organizado por los CRC bolivariano- alfaristas y el Frente de Profesionales por la RC, hay la necesidad histórica de defender los cambios, consolidarlos y ampliarlos, enfrentando a esa derecha pro imperio, con unidad, democracia y participación, desechando prácticas sectarias y organizando a todos los sectores y frentes para complementar la base territorial con la social y sectorial y facilitar una acción política fecunda; con participación amplia de todos, ejerciendo control a la gestión burocrática, exigiendo a los altos funcionarios consecuencia con el proyecto y sus dirigentes, brindando eficientes y oportunos servicios públicos, vinculados con los movimientos sociales y sus demandas, con lealtad a los principios de la RC y al objetivo central del Socialismo del Buen Vivir, de solidaridad y justicia social, de desarrollo integral. Todo esto, junto a la ejecución urgente de las revoluciones agraria, urbana y laboral, en el marco de organización del Estado democrático y el poder popular, lo cual implica fortalecer y ampliar el frente Unidos, de reciente creación.
La tarea de AP es ardua y sacrificada y será efectiva con los nuevos dirigentes de la talla de Baroja en Pichincha, Aguiñaga en Guayas, Carlos Almache en Machala, Lloret en Azuay, Lara en Esmeraldas, entre otros.