Hace 7 años, representantes de movimientos organizamos Alianza PAIS y el proyecto político de Revolución Ciudadana con la propuesta de cambios profundos y la candidatura de Rafael Correa.
Se ganó credibilidad en las masas y a través de la convocatoria a la Asamblea Constituyente se consolidó. Triunfamos. Se iniciaron los cambios. El pueblo reconoce los beneficios y celebrará el 15 de enero 5 años de gestión consecuente con sus intereses y la patria, enfrentando al poder de banqueros corruptos, grandes propietarios de medios de prensa, cúpulas serviles al imperio y sus tentáculos. Destacamos algunos logros.
La recuperación de la soberanía y conquistas en la Constitución aprobada por el pueblo, como los derechos de la mujer, jóvenes, naturaleza, minorías étnicas y grupos vulnerables. La prohibición de salvatajes bancarios y uso del suelo patrio para bases militares.
La organización del Estado en función del interés nacional y la planificación; junto a la expulsión de la oligarquía de los espacios de decisión.
Elecciones y consultas populares ganadas (8), alta expresión de democracia. Inclusión de los poderes electoral y de participación ciudadana, para evitar fraudes y ejercer controles ciudadanos al Estado.
Recuperar de las transnacionales el petróleo, manejo soberano de la deuda y su renegociación, fortalecimiento de la infraestructura, construcción de megaproyectos, aumento de la inversión social, manejo económico soberano, sin el FMI y Banco Mundial y alto crecimiento económico, pese a la crisis mundial, desconcentración geopolítica en las relaciones internacionales, impulso a la integración solidaria en América Latina. Reforma tributaria y combate a la evasión fiscal.
Creación y funcionamiento del Biess, que ha fortalecido la construcción de viviendas, alentado la producción vía consumo y financiado proyectos en sectores estratégicos, favoreciendo a millones.
Reducción progresiva del desempleo y la pobreza. Aliento a las políticas redistributivas, en beneficio de los pobres.
Queda tanto por hacer. La consolidación de las reformas es un reto. El inicio de la revolución agraria es exigencia histórica, así como las de la educación pública y salud comunitaria.
El tiempo apremia y el fortalecimiento orgánico de AP, al que se han adherido millones, es urgente; y la reincorporación de muchas organizaciones y sectores de trabajadores, campesinos, indígenas, actores y beneficiarios directos a su proyecto político, redefiniendo tácticas del Gobierno y el MAP, es lo que garantizará su consolidación y sostenibilidad, amenazadas por la conspiración permanente del viejo poder, resquebrajado por el proceso, y el imperio que los protege.