Muchos son los retos en el año que se inicia. La caída de los precios del petróleo marcará, no solo a Ecuador sino a otros países, como Venezuela, con una economía fuertemente dependiente de ese producto.
El Gobierno ecuatoriano ha tomado algunas medidas, como el recorte presupuestario y la contracción de las importaciones, ya iniciada. La visita a China y la obtención de una línea de crédito a largo plazo -30 años- y bajos intereses, ayudará a paliar los efectos de esta nueva crisis, en la cual la revalorización del dólar frenará posiblemente nuestras exportaciones.
Considero que la conducción de la política económica es adecuada. No se suspenderán los grandes proyectos de infraestructura y continuará la atención preferente a los sectores sociales. Quienes se solazan imaginando una etapa de obras inconclusas y protestas ciudadanas por la desatención a la salud, educación y vivienda, pronto verán que sus augurios respecto de la época de ‘vacas flacas’ fueron errados y prematuros.
El gobierno de la Revolución Ciudadana, al arribar a su octavo aniversario, está preparado para dirigir con acierto al país en medio de la tormenta económica mundial.
Más allá de estos problemas básicos, quedan otros aspectos en los cuales habrá que tomar decisiones acertadas para mantener el rumbo de este proceso, ya histórico. La acertada designación de funcionarios de nivel alto y medio es fundamental. No solo se requiere una calificación académica y profesional, por supuesto necesaria, sino que aquellos compartan y se sientan partícipes del proyecto político iniciado en enero de 2007. La opinión ciudadana al respecto señala que, en ciertos casos, pareciera que algunos reman en dirección contraria, sea por su incapacidad o ineficiencia o por ser, casi abiertamente, contrarios al régimen que con generosidad confía en ellos responsabilidades importantes.
Un aspecto en el cual considero que se deben efectuar rectificaciones importantes es la atención a los ecuatorianos que han conseguido altos niveles de calificación profesional y no encuentran cabida en los programas gubernamentales. Muchos de esos talentos optan por la migración hacia centros extranjeros que los reciben con prontitud. Durante meses deambulan buscando el lugar preciso para ser atendidos y valorados y, finalmente, después de esfuerzos fallidos, dejan de intentarlo. Está muy bien traer ‘prometeos’ provenientes de países amigos, pero, según mi criterio, los nuestros deben ser considerados prioritariamente.
Así como hay deudas pendientes con el sector agrario, las hay con la cultura. Cuba es un ejemplo también en ese aspecto; en los años más duros sostuvo el apoyo a las distintas manifestaciones artísticas y del intelecto. La Ley de Cultura debe expedirse y hay la buena nueva de un ministro del ramo que conoce y respeta a los creadores y a las instituciones correspondientes.
Para Alianza PAIS, núcleo sobre el que se sostiene la Revolución Ciudadana, a fin de asegurar la supervivencia del proyecto, la formación de cuadros y el estímulo a la militancia son indispensables.