El año que concluye ha sido favorable para el proceso revolucionario. Se logró derrotar la contra oligárquica y hay importantes avances.
La más dura batalla fue por la libertad de expresión. El gobierno desmintió una y otra vez las mentiras de la gran prensa junto a los intereses del viejo poder. El pueblo, como nunca ocurrió, fue informado al detalle de sus acciones; el Presidente visitó cada lugar y contó todo.
Mejoró la comunicación para desmentir tanta falacia, incluido el problema Pedro Delgado, en el que el propio Presidente tomó la iniciativa. La gente ahora entiende con fuerza, que se debe aprobar la ley de comunicación, estancada por renegados y traidores.
Las reformas en el ámbito de la justicia inician una nueva era; y en el ámbito educativo y del conocimiento, con los ajustes y diálogos necesarios, será igual.
Alianza País movió sus estructuras y afianza su organización. A través de las Convenciones eligió directivas y, aún con problemas, nominó candidatos, con el objetivo de tener mayoría en la Asamblea, que permita legislar para el cambio.
AP definió el programa 2013-2017 y organiza la campaña, que más allá de las coyunturas, debe difundir las nuevas reformas y la propuesta socialista, que es producción, economía social solidaria, equidad, buen vivir, soberanía, democracia, Patria Grande e integración combativa y libertaria, en el marco de respeto a la clase trabajadora, eficiencia para servir mejor a la gente y construcción del poder popular, desde la acción fecunda del Estado y sus estructuras.
Se afianzó la infraestructura, mejoraron las finanzas públicas desde un manejo racional del petróleo, incremento de las recaudaciones tributarias, mejor inversión y gasto, uso de fuentes financieras y de comercio exterior alternas e integración solidaria de AL.
La crisis capitalista y los duros efectos de las políticas neoliberales se sortearon por un manejo eficiente de la economía, liberada de las ataduras del FMI y BM y endeudamientos perversos.
Por ello se logró mejores índices de producción, balanza comercial, salarios, inflación y capacidad adquisitiva.
Mejoraron la salud, educación, vivienda y seguridad social, al igual que los subsidios para pobres. La infraestructura, equipamiento, procesos y calidad muestran importantes avances, superan lo hecho por los gobiernos de las últimas 4 décadas. Los programas sociales se multiplicaron y los índices de desempleo, subempleo y pobreza disminuyeron.
El BIESS jugó un gran papel, fue base de apoyo a esas políticas y al financiamiento del desarrollo.
Los banqueros y sus falacias quedaron al descubierto, al igual que sus candidatos y propuestas neoliberales, que a nivel mundial pierden piso, tras el descalabro de Europa, en especial España, Grecia, Italia, cuyos pueblos sufren terriblemente los ajustes de la burguesía.
La política exterior siguió firme y soberana. El asilo diplomático a J. Assange, la amistad con Irán, negocios con China y repudio a la masacre en Libia lo demuestran.
Se afianzó la democracia en el país; no obstante, falta mucho. El 2013 es clave, ganará Rafael Correa y se iniciará una nueva fase de cambios.