Productores se unen para exportar cacao nacional
En el subtrópico de las provincias de Pichincha y Esmeraldas, 537 agricultores de 32 comunidades han mejorado sus prácticas agrícolas.
El objetivo de los productores, que entre sus cultivos tienen sembríos de cacao fino de aroma, es, en el menor tiempo posible, exportar la “pepa de oro” y mejorar sus condiciones de vida.
Para ello, a través del proyecto de Conservación del Buen Manejo Sostenible, los agricultores recibieron 322.200 plantas, entre cacao y cuatro especies forestales (Laurel, Terminaria, Jacaranda y Míramelinda), que serán sembradas en una hectárea (ha) de terreno de los productores.
Cada participante recibió 300 plantas de cacao y 300 especies forestales para que sean sembradas en la hectárea de terreno. Esta iniciativa tiene un costo de $ 450.000 y es financiada por la empresa Endesa-Botrosa, la Fundación Forestal Juan Manuel Durini (Ffjmd) y el Banco para el Desarrollo de América Latina (ex CAF).
Los recursos han sido invertidos en capacitación para los líderes comunitarios, compra de las plantas de cacao, siembra y cuidado de las mismas a través de la utilización del abono natural, y riego y poda, durante los dos años que viene funcionando el plan.
“El proyecto tiene como fin aplicar la técnica agroforestal para aportar en la recuperación de parte del ecosistema y permitir un mejor desarrollo económico y social de los agricultores”, señaló Ángel Jácome, director de la Fundación Forestal.
Los agricultores que forman parte de esta iniciativa productiva, en los 18 meses de aplicación, dicen que sus vidas han cambiado al igual que su zona de producción, ya que los pastizales y el lucro ganadero empiezan a desaparecer por la siembra del cacao y la madera. Además de que hoy tienen recursos permanentes y no esporádicos, indicó Myriam Bermúdez, beneficiaria del proyecto.
La agricultora anunció que la siembra, cuidado y cosecha del cacao se “convirtió en un trabajo familiar y no solo del jefe de hogar”, tras manifestar que así la vida de los campesinos es más fácil y más rentable, en comparación con el cuidado del ganado.
Bermúdez al momento ha sembrado 5 hectáreas de cacao nacional de aroma para exportación y especies forestales, y luego de un año de poner en práctica la capacitación recibida ya empieza a ver los resultados.
Asimismo, Luis Solano dijo que cuenta al momento con 2.100 plantas que son cuidadas por toda la familia. Hizo una comparación entre la producción del cacao nacional de bajo peso y precio -con el que anteriormente trabajaba y con el cual cosechaba 2 ó 3 veces al año-, y la variedad que tiene ahora, cuya cosecha realiza cada 15 días, obteniendo por cada hectárea alrededor de 6 quintales. Para mantener esta producción rentable, según Solano, se requiere el compromiso de cuidar la tierra y la planta, con abono natural, agua, poda y cumplir con la cosecha quincenal.
Jácome acotó que este cambio en la producción responde a la “obtención de semillas genéticamente rentables”. Según Pedro Quintanilla, agricultor de Esmeraldas, él y sus compañeros tienen interés en crear en sus comunidades los respectivos “centros de acopio para que la producción cacaotera no se vea afectada por el intermediario.
“Queremos un lugar que nos permita exportar directamente el producto, porque la fruta es cotizada en el mercado internacional a altos precios”, dijo.
Jairo Tiusabá, ejecutivo de competitividad de la ex CAF, respondió que eso debe ser resuelto en el mediano plazo, ya que “no se puede afectar el mercado de estos agricultores, que están organizados”.
Entonces, los ejecutores del proyecto tienen la perspectiva de que a través de la asociación que se forme “conecten al agricultor con el gran mercado”, mencionó Jácome, tras reconocer que los intermediarios no van a desaparecer. Recalcó que “no hay que pelear, sino presentarle varias opciones al agricultor”.
Ante esta situación, Tiusabá anunció que luego de conocer el interés de los campesinos de hacer sus tierras más productivas, existe la posibilidad de aportar a “la sostenibilidad del proyecto”.