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El Telégrafo

Madrid y Atlético, segundo duelo por Champions

Madrid y Atlético, segundo duelo por Champions
28 de mayo de 2016 - 00:00 - Gorka Castillo, corresponsal en España

Madridistas o atléticos. ‘Merengues’ o ‘colchoneros’. La burguesía contra el proletariado de una misma ciudad. Una batalla de orgullo y honor. La final de la Champions League que hoy juegan el Real Madrid y Atlético de Madrid en el legendario estadio Guiseppe Meazza de Milán (Italia) vuelve a ser tan especial como la disputada hace 2 años en Lisboa (Portugal). El motivo no es otro que la encarnizada rivalidad que ambas escuadras mantienen desde la noche de los tiempos.

Todo lo que ocurra hoy (13:45) en el campo trascenderá el sentido de la competición porque se adentra en el terreno del desafío ancestral de 2 equipos que se odian. Se trata de la segunda vez que esto suceda en la historia del fútbol europeo. Lo único seguro es que la ‘Orejona’, como popularmente se conoce al trofeo que se lleva el ganador de la Champions League, volará desde Milán a la capital de España.

De ganar los ‘colchoneros’ será la primera ocasión que la copa más preciada en el fútbol del Viejo Continente embellezca la orilla sur del río Manzanares. El Atlético ha jugado 2 finales y en ambas cayó derrotado de manera cruel, una en 1974 ante el Bayern de Múnich y la otra ante su enconado rival blanco hace 2 años. El Real Madrid perseguirá hoy su soñada ‘Undécima’. Once entorchados europeos para engrandecer, aún más si cabe, la dilatada historia del club de fútbol más laureado del planeta.

La ciudad está dividida. Un vecino cuelga de su ventana un banderón rojiblanco pero es que el de al lado despliega otro todavía mayor del equipo blanco.

Con estas premisas, ambos equipos llegan al partido de hoy como los ejércitos persa y espartano acudieron a la batalla de las Termópilas, sin piedad alguna con el rival y dispuestos a morir matando. No hay un favorito claro. Las dos escuadras podrán contar con todos sus efectivos a pleno rendimiento. El DT merengue, Zinedine Zidane, ha recuperado a su megaestrella, el portugués Cristiano Ronaldo, que durante las últimas semanas arrastraba problemas en su rodilla, y al renqueante Karim Benzema, el delantero francés imprevisible y genial que acabó la temporada liguera más apaleado que una alfombra.

Mejor le han ido las cosas a Diego Pablo Simeone (DT del Atlético) en lo que se refiere al estado físico de sus jugadores. Las pequeñas molestias en la espalda del uruguayo Diego Godín fueron resueltas sin problemas y se anuncia el equipo de gala para la final. Tanto ‘Zizou’ como ‘El Cholo’, que han tenido una semana larga para preparar este trascendental partido, aseguran que será un duelo estelar, a cara de perro y sin un claro favorito.

Ambos preparadores son conscientes de que si por algo se caracterizan los derbis madrileños es por la tremenda emoción de los enfrentamientos. Los partidos entre ‘merengues’ y ‘colchoneros’ se juegan en el filo de la navaja y ganarlos requiere casi de un acto de heroísmo. Pero hay un dato, fantástico se mire como se mire, en el que el todopoderoso Real Madrid no sale bien parado últimamente: de los 10 partidos jugados entre ambas escuadras desde la final de la Champions League de 2014, 4 han acabado en empate y 5 cayeron del lado rojiblanco madrileño. Jamás la hegemonía blanca en la capital de España ha estado tan cuestionada como lo está siendo desde que Simeone agarró el timón del Atlético. En su contra estará la escasa experiencia de su plantel en estas batallas superlativas. A la pericia que aporta la historia en contra de los rojiblancos se refirió ayer el exseleccionador de España y excapitán merengue, José Antonio Camacho, para decantar su favoritismo por la escuadra de Zidane.

Según Camacho, la presión juega a favor del Real Madrid, que se mueve como pez en el agua en este tipo de partidos extremos porque es su hábitat natural. “Además, es un gran equipo con grandes jugadores aunque el Atlético haya demostrado tener una fortaleza gigantesca para neutralizar esta aparente ventaja”, añadió el exseleccionador nacional con cierta condescendencia.

Pero las viejas leyes naturales del fútbol desaparecen en este tipo de encuentros hasta el punto de que el Atlético llega a la cita de Milán después de eliminar a 2 conjuntos, como el FC Barcelona y el Bayern de Múnich, que rivalizan en poderío multimillonario al Real Madrid.

Si algo ha quedado demostrado es que la superioridad técnica de los merengues solo podrá ser capaz de plasmarse si el Atlético sufre un desplome físico inesperado. Ocurrió hace 2 años y el Madrid le metió 3 goles en el tiempo añadido. Pero hasta que los ‘colchoneros’ no estuvieron exhaustos, las megaestrellas madridistas fueron incapaces de superar su entramado.

Otra de las razones de la emoción que rodea a la final de hoy, una repetición casi calcada a la de Lisboa, tiene que ver con la posibilidad de contemplar las angustias telúricas que pueden asolar a jugadores como Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos si las cosas se tuercen.

La de hoy es la última oportunidad para el Real Madrid de ganar algo esta temporada, tras sus fracasos en Liga y Copa. Y ya se sabe que el año que los blancos terminan de vacío, algo siempre improbable, su presidente castiga a sus jugadores con las 7 plagas del apocalipsis.

El Real Madrid jugará hoy con su equipo de gala dispuesto a cumplir la gran misión encomendada, una especie de designio divino inaplazable. Para los blancos ganar al Atlético es una obligación. Pero no será fácil. Enfrente tendrá una escuadra que en los últimos 5 años ha protagonizado hazañas extraordinarias. No solo está reescribiendo su propia historia, sino que de la mano de Simeone ha cambiado de raíz su estilo y mentalidad, como en su momento lo hizo Johan Cruyff en el FC Barcelona. El club del Manzanares vive eufórico este viaje sin retorno el que ha dejado atrás muchos de sus paradigmas, sobre todo el más profundo de todos, el que le había condenado a ser ‘el Pupas’, un club que, a falta de victorias, debía consolarse con la épica de sus derrotas, con la insuperable “manera de palmar” de la que se enorgullecía Joaquín Sabina cuando escribió la letra de su himno.

La suerte está echada. Cuando el día de hoy eche el telón por estas latitudes, en Madrid se verán lágrimas de felicidad o de desconsuelo irrefrenable.

La final superará los 400 millones de euros

El impacto económico de la final de la Liga de Campeones, que enfrenta hoy a Real Madrid y Atlético de Madrid, excederá de 400 millones de euros, superando los registros conseguidos en la final de Lisboa de 2014, cuando los mismos protagonistas se citaron sobre el césped portugués.

“Teniendo como referencia nuestro estudio realizado con motivo de la final de la Liga de Campeones de Lisboa en 2014, estimamos con toda seguridad que el impacto de la cita de Milán será superior a los 410 millones de euros que generó la de Lisboa”, ha explicado a Europa Press el director de la escuela de negocios portuguesa IPAM, Daniel F. Sá.

De esta forma, Daniel F. Sá estima que la final de hoy podrá alcanzar un impacto económico de unos 80 millones de euros en Milán, mientras que en España se generará el 40% del total al involucrar a 2 clubes españoles. “España, el país de origen de los equipos finalistas, es el gran beneficiario directo de la final de la competición, dado el tamaño de su mercado y sobre todo de la notoriedad del Real Madrid”, ha recalcado.

Un impacto económico en territorio nacional, pero sobre todo en Madrid, ya que la final de Milán repercutirá en el consumo en el hogar y en la restauración, que tendrán “un papel importante” debido a este duelo, además de las actividades festivas organizadas tras la final.

En concreto, la final de esta tarde paralizará la actividad comercial en España, ya que se reducirá hasta en 15% y se acrecentará sobre todo a partir de las 18:00 horas (España), según un informe de FootFall, mientras que supondrá unos ingresos de 36 millones de euros en bares y restaurantes a escala nacional, según datos facilitados por la Asociación Empresarial de Hostelería de Madrid, La Viña. (I)

Con la final de la Liga de Campeones  de 2014 clavada en el corazón

Es el conjunto del Real Madrid el que presume en su himno de que es “enemigo en la contienda, cuando pierde da la mano sin envidias ni rencores, como bueno y fiel hermano”, pero los del Atlético no olvidarán jamás que tras perder la final de 2014 en Lisboa no fueron ellos sino sus aficionados los que abrazaron a los jugadores hasta convertirlos en gigantes para la eternidad.

Escuece en el Calderón aquella derrota, que se ha convertido en motivo de mofa para sus rivales del Bernabeu.

Aquel encuentro disputado el 24 de mayo en el Estadio da Luz comenzó en realidad muchas horas antes de que el árbitro central diera el pitido inicial. La capital portuguesa, como a estas horas Milán, se transformó por un día en un pequeño Madrid. La capital portuguesa fue durante un día cañí, chulapa, castiza, los tres atributos genéticos del buen madrileño. No hubo incidentes mayores (violencia) pese a la invasión de Lisboa por parte de 120 mil incondicionales de ambos equipos. De hecho, el kilómetro y medio que separaba la plaza Don Pedro IV, donde se levantó la zona de aficionados merengue, del parque Eduardo VII, territorio atlético, se transformó en una espontánea avenida de la Castellana, sin apenas rifirrafes (alborotos).
Ya en el Estadio da Luz, las bromas dejaron sitio a una deportiva batalla con final despiadado para los colchoneros.

Si el duelo comenzó bien para los del argentino Diego Simeone, con un gol del uruguayo Diego Godín en el minuto 38 tras un fallo estrepitoso de Iker Casillas, los blancos descubrieron en la agonía del choque la luz de la victoria.

Corría el minuto 93 cuando el zaguero central Sergio Ramos se elevó por encima de todos los zagueros merengues y conectó un estupendo cabezazo sobre la base del poste derecho del arco defendido por el portero Thibaut Courtois, hoy arquero del Chelsea de Inglaterra.

El tiempo extra de la final fue un calvario para los del argentino ‘Cholo’ Simeone. Quien más, quien menos, comenzaba a revivir aquel disparo letal del jugador del Bayern de Múnich Hans-Goerg Schwarzenbek en el último minuto de la prórroga de la final de 1974. Cuarenta años después la maldición del gol agónico volvió a repetirse y el Atlético de Madrid volvió a quedarse con la miel en los labios y sin poder darle a sus seguidores su primera ‘orejona’ (trofeo).

Dicen que a los ‘colchoneros’ le pudo la intensidad del Real Madrid, la gran mejoría experimentada por el campeón con la entrada al campo de Isco y Marcelo, y el miedo a perder que en el tramo decisivo del encuentro.

Por el contrario, los ‘merengues’ pasaron del hundimiento a la alegría en un maravilloso segundo que luego, tras perforar otras 3 veces en el tiempo extra el arco de Courtois, se descorchó al levantar su décima Champions League tras 13 largos de sequía.

No pudo ser para el Atlético, pero sus seguidores fueron capaces de despedir a su equipo a los sones de una canción de Joaquín Sabina que describe a la perfección el significado de ser colchonero: “Qué manera de subir y bajar de las nubes. ¡Qué viva mi Atleti de Madrid!”. (D)

Mark Clattenburg, un árbitro que dio suerte este año al Atlético de Madrid

El inglés Mark Clattenburg será el encargado de arbitrar hoy, en Milán, la final de la Liga de Campeones, entre Real Madrid y Atlético, y ese último equipo tiene buenos recuerdos de él en este mismo año, en su camino hacia la final.

Clattenburg no pitó este año al Real Madrid, pero sí estuvo en 2 partidos importantes del Atlético: en la vuelta de los octavos de final ante el PSV Eindhoven (0-0 y victoria del Atlético por penales) y en la ida de semifinales contra el Bayern de Múnich (triunfo español 1-0 con gol de Saúl Ñíguez, que terminó siendo clave para la clasificación a la final).

Junto a Clattenburg, los también ingleses Simon Beck y Jake Collin serán los jueces de línea y el húngaro Viktor Kassai, que arbitró la vuelta de cuartos de esta edición en la que el Real Madrid se clasificó con una gran remontada ante el Wolfsburgo alemán (3-0 después de derrota 2-0 en la ida), será el cuarto colegiado.

En la Supercopa de Europa de 2014, Clattenburg fue el árbitro de la victoria 2-0 del Real Madrid sobre el Sevilla.

El inglés, de 41 años, es árbitro FIFA desde 2006 y su primer partido de Liga de Campeones fue en 2008, en un triunfo 5-0 del Fenerbahçe turco sobre el MTK Budapest en una de las rondas preliminares del mes de agosto. Es un nombre habitual de la Premier League y de los torneos internacionales. La principal final que había dirigido fue la del torneo masculino de los JJ.OO. de Londres 2012. (I)

Datos

España es el país con más títulos en la historia de la Liga de Campeones de Europa. Real Madrid ha conquistado 10 veces el torneo, y el FC Barcelona lo hizo en 5 ocasiones. En segundo lugar están Italia e Inglaterra con 12 títulos cada uno y tercero Alemania con 7 campeonatos.

San Siro recibirá su octava final europea; la primera fue el 27 de mayo de 1965 con victoria del Inter contra el Benfica (1-0); la segunda fue el 6 de mayo de 1970 con triunfo del Feyenoord ante el Celtic (2-1) y la tercera el 23 de mayo de 2001 con título para el Bayern Múnich en la tanda de penaltis frente al Valencia.

Puskas es el máximo goleador en una final  del torneo europeo con 4 tantos. Le sigue Alfredo Di Stefano, tras lograr 3 anotaciones. Mientras que el italiano Paolo Maldini ha sido el goleador más rápido en el partido decisivo de la Liga de Campeones, a los 51 segundos para el Milán en 2005.

Cristiano Ronaldo le ha marcado 15 goles en sus 24 derbis frente al Atlético de Madrid, con un triplete incluido en un 1-4 en la Liga Española, el 11 de abril de 2012, aunque no ha batido la portería rojiblanca en ninguno de sus últimos 5 enfrentamientos contra ese adversario.

Gabi es el jugador con más kilómetros en la actual edición de la Champions League, con 134,958 repartidos entre 12 partidos, con una media de un kilómetro cada 8 minutos de juego. Sus compañeros Antoine Griezmann, con 128,554, y Koke, con 126,678, completan las tres primeras posiciones en ese aspecto del torneo.

Zidane tiene la opción de ser campeón de Europa como jugador y como técnico si conquista el título ante el Atlético de Madrid. Como futbolista la ganó en 2002 con el club blanco ante el Bayer Leverkusen.

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