El récord de invictos de El Nacional ya no lo amenaza Emelec
El elenco de El Nacional terminó ayer con el invicto del club Emelec, al que sometió por 2-0 en intenso encuentro disputado en el estadio Olímpico Atahualpa.
Emelec se quedó con la marca de 21 partidos sin perder. Fue precisamente El Nacional el último en derrotarlo (2-0) el 13 de septiembre de 2013 en el estadio Capwell.
“Ahora sí, nos vamos contentos a la casa”, fueron las expresiones de Galo Moscoso, exdirigente del club de los ‘puros criollos’, al esbozar una amplia sonrisa porque su alegría era desbordante.
El hincha confeso del club rojo fue parte de los aproximadamente 20.000 espectadores que se dieron cita en el escenario de El Batán. En los graderíos de preferencia y general sur, poblados mayoritariamente por camisetas rojas, se vivieron intensamente las acciones del compromiso ante el ‘Ballet azul’.
En los graderíos del sector nor-occidente y norte, con una significativa presencia de hinchas ‘eléctricos’, también hubo motivos para despertar euforia, cuando Gabriel Achilier cruzó un remate junto al poste en los tramos iniciales.
Las incidencias del cotejo dieron lugar a cierta inconformidad de los técnicos ante las sanciones arbitrales. Carlos Sevilla reclamó en varias ocasiones y el cuarto juez Luis González trató de calmarlo.
La condición de dueño de casa provocó una insistente ofensiva de El Nacional, sin encontrar la fórmula para derrotar la portería de Esteban Dreer, quien comenzó a consumir tiempo en los saques de puerta.
Emelec echó mano de sus mejores recursos. Raudos contraataques con jugadores rápidos y movedizos provocaron desajustes en la línea defensiva local como consecuencia de entregas mal realizadas del balón y en su debida oportunidad Mondaini y Mena estuvieron muy cerca de anotar, pero les faltó tranquilidad.
El ‘Nacho’ hizo méritos para tomar ventaja. Pablo Palacios, Marwin Pita y Carlos Tenorio irrumpieron con prestancia en la última línea de los porteños, pero sin efectividad.
Con el marcador en blanco los equipos fueron al descanso, no sin antes un primer reclamo eufórico del director técnico Gustavo Quinteros al cuarto árbitro.
El estratega imbabureño, Carlos Sevilla, recurrió a un jugador hábil, escurridizo y de buen manejo del balón, como Tito Valencia, que a la postre fue el ‘arma secreta’ que utilizó el elenco capitalino en el segundo período.
El joven atacante fue un dolor de cabeza para sus custodios, y en su primera incursión por el costado diestro provocó el estallido de la fanaticada roja cuando ganó la raya de fondo y sacó un centro rastreado que encontró bien ubicado al ‘Cabezón’ Palacios, quien no vaciló en rematar al andar y mandar el balón al fondo de las redes, a los 59 minutos.
Una bandera gigante con los colores de la bandera nacional y del club se desplegó en el graderío sur ante la euforia de la hinchada roja.
Emelec sintió la desventaja y lanzó un ataque sostenido, pero la adecuada aplicación de la defensa ‘criolla’, comandada por Isaac Mina, frenó las ambiciones de Mondaini, quien ingresó en reemplazo de Escalada.
Una nueva aparición de Valencia propició el segundo tanto de El Nacional. Pablo Palacios, recostado sobre la derecha en 3/4 de cancha, sirvió en profundidad a Valencia, quien ingresó en el área y fue desplazado por Giménez.
El árbitro Roddy Zambrano señaló la pena máxima, ante el reclamo de los jugadores ‘eléctricos’. Carlos Tenorio ejecutó el lanzamiento desde los 12 pasos y puso las cosas 2-0 a los 67 minutos.
La anotación provocó reacciones inadecuadas de la visita. Gabriel Achilier fue expulsado por insistir en sus reclamos luego de ser amonestado.
Con 10 elementos, Emelec intentó descontar. Escalada estuvo a punto de lograrlo, con un sombrerito al arquero Bone, pero el balón salió despedido sobre el horizontal.
El Nacional se paró con firmeza en los tramos finales. Se mostró sólido en sus líneas e incluso estuvo muy cerca de incrementar la diferencia en otro arranque de Valencia que Villalba no pudo definir.
En la próxima fecha se volverán a medir ambos elencos, en esta ocasión será en el estadio Capwell de la ciudad de Guayaquil.
