Un periodista con apariencia de entrenador

Semillero de historias memorables, como las crónicas ‘Un dentista que saca pasta del boxeo’, de Gay Talese, o ‘El oro y la oscuridad’, de Alberto Salcedo Ramos, el boxeo ha encantado a los periodistas de varias generaciones, pese a que diarios como El País, de España, se niegan a publicar reportes de sus encuentros con excusas que no les impiden otorgarle páginas enteras a actividades como la tauromaquia, por citar un ejemplo. Uno de esos periodistas es Fernando Melo, quien con más de 30 años de ejercicio profesional fue un testigo privilegiado de la época de oro del deporte de los guantes en la capital. De la década del setenta recuerda los combates que sostuvieron Jaime ‘Chico de Oro’ Valladares y Eugenio Espinosa en el coliseo Julio César Hidalgo y la Plaza Monumental de Quito.

“Valladares venía de Colombia con un cartel envidiable a sus espaldas pero, en el tercer asalto, Espinosa lo noqueó en medio de los aplausos de una multitud. La revancha se pactó poco después de un mes, en la Plaza de Toros Quito, cuyos tendidos se llenaron. El ‘Chico de Oro’ tenía una forma espectacular de subir al ring, saltaba las cuatro cuerdas para intimidar a Espinosa, quien desataba elogios entre la asistencia. Fue una gran contienda, pese a que surgió una situación que nadie esperaba esa tarde. Se desató una lluvia fenomenal. Quienes estuvimos ahí estábamos empapados, la lona estaba muy mojada e incluso resbalaban los boxeadores. Al final, me parece que durante el octavo round, Valladares ganó la revancha. Fue una de las peleas que yo recuerdo, especialmente, porque la viví de cerca, como aficionado, en medio del apogeo de ese deporte en el país”.

Fernando Melo, quien usa una cachucha parecida a la del entrenador de boxeo cartagenero Eusebio ‘Kid Rapidez’ García, se jubiló luego de cumplir más de 3 décadas contando historias deportivas.