La humanidad se encuentra en jaque. El peligro de que una mortal pandemia cruce velozmente diversas fronteras diezmando a la población mundial la mantiene en vilo, más aún desde que se conoce el contenido de un infiltrado informe preliminar de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que asegura que ningún representante de este organismo reaccionó a tiempo ante el brote del ébola, en marzo de este año en Guinea, África Occidental, y culpó a sus representantes regionales de no rendir ‘cuentas ante la dirección’. “Prácticamente ninguno de los involucrados pudo ver lo que se avecinaba”, señaló el documento interno de la OMS, al cual tuvo acceso la agencia de noticias The Associated Press, según lo publicado por Telesur.
El boletín noticioso, dado a conocer en fecha muy reciente, calificó como ‘especialmente alarmante’ el hecho de que el representante de la OMS en Guinea no se hubiera percatado de lo que se venía, y lo que es peor, que no hubiera tramitado los visados de un equipo de científicos, que apenas se tuvo conocimiento de lo acontecido, hizo saber su decisión de estudiar la situación sobre el terreno. Así mismo, por ‘problemas burocráticos’, se impidió que llegara una primera ayuda de medio millón de dólares.
Ante tamaño escándalo dado a conocer precisamente en medio de un drama mundial de los mayores quilates, el organismo de salud aseguró que se trata del “primer borrador de un pequeño equipo que estaba elaborando una cronología del ébola para una revisión futura”. En atención a su carácter preliminar, la OMS anunció que “no dará entrevistas ni dará explicaciones sobre este documento hasta que esté finalizado”. Pero mientras tanto, las cifras crecen de manera geométrica. El último recuento de esa organización indica que los infectados por el virus del ébola en África Occidental, Liberia, Sierra Leona y Guinea Conakry, hasta el pasado 13 de octubre, llegan a 9.191 casos, habiendo fallecido casi la mitad de ellos, esto es 4.546. Además, al menos 423 trabajadores sanitarios se han infectado con el mortal virus, de los cuales ya murieron 239.
Como se ve, las cosas no andan nada bien en este asunto. Científicos de la OMS y del Imperial College London han asegurado que las cifras de infectados por ébola podrían aumentar hasta 20.000 en un lapso de cinco a seis semanas, si no se observan las medidas de prevención adecuadas. Y de acuerdo a un pronóstico publicado este martes 14 por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., el virus del ébola podría llegar a infectar a 1,4 millones de personas en Liberia y en Sierra Leona a finales de enero de 2015, ha expresado The Washington Post. Esta cifra se publicó luego de que un informe de la revista New England Journal of Medicine alertara de que la epidemia podría no llegar a estar nunca bajo control, convirtiéndose en un virus endémico.
En esta danza de errores se debe incluir también los cometidos por el Hospital Presbiteriano de Dallas, en donde se registró el primer caso de ébola en Estados Unidos, con el liberiano Thomas Eric Duncan, quien acudió el 25 de septiembre a esa casa de salud con fiebre y dolores abdominales, pero los médicos le dejaron ir a su casa con antibióticos sin tomar en cuenta que venía de Liberia. Tres días después el enfermo regresó al hospital, cuando fue aislado y posteriormente diagnosticado con la enfermedad del ébola que lo llevó a la muerte el 8 de octubre, contagiando a por lo menos 2 enfermeras, una de las cuales viajó a otra ciudad dos días antes de ser diagnosticada.
Y mientras países como Cuba, China, Venezuela se han hecho presentes en el África Occidental con grupos de médicos, técnicos de laboratorio y enfermeros -todos ellos conocidos como los ‘héroes contra el ébola’-, con el propósito de detener el avance del mortal virus, tanto Estados Unidos como la Unión Europea tan solo reaccionaron cuando la grave enfermedad hizo su aparición en su propio suelo, decidiendo participar en ayuda de aquellos pueblos sumidos en la enfermedad y la miseria, como consecuencia del colonialismo y el saqueo a sus riquezas, continente en donde aparecen las más graves enfermedades de la humanidad, como el sida, el ébola, la desnutrición, la malaria y las enfermedades diarreicas causadas por las pésimas condiciones sanitarias y en donde el promedio de vida no pasa de los 55 años.