El gobierno de la RC hace bien las cosas. Ha tenido una visión patriótica, un elevado nivel técnico y un liderazgo sin precedentes. No es un decir ni expresión de oportunidad; es una realidad que se impone y reduce ciertas falencias e insuficiencias, que por cierto hay que superar. Por ello, con frecuencia la oposición busca a rabiar uno u otro argumento para opacarlo o disminuirlo. No han podido, con frecuencia han caído en lo ridículo. Varios grupos desesperaron y optaron por el golpe de Estado, ese fue el 30-S, que abierta o solapadamente apoyaron.
En días pasados se lo recordó con importantes detalles y quedó claro, una vez más, la brutalidad policiaca sublevada y lo hipócrita de muchos “demócratas” que lo justificaban, a su vez embriagados pedían a gritos amnistía, al tiempo que negaban los atropellos al Presidente y la agresión al pueblo que los repudiaba y defendía la democracia. Algunos
“izquierdistas” desde las camionetas de la Policía azuzaban, se tomaron gobernaciones, agredieron a asambleístas, sacaban a adolescentes estudiantes a que se sumen a la conjura contrarrevolucionaria.
Está claro que la conspiración, en todas sus formas, está latente; es un peligro permanente. Por ello hay que tener conciencia y valentía para enfrentarla y derrotarla, lo que conduce a priorizar por sobre todo la acción de organización política. Un millón de adherentes de AP debe ser incorporado a esta estrategia.
Recordemos que mientras más radicales son las reformas, la defensa de la soberanía y las riquezas del país, más firme la decisión de ampliarlas e iniciar otras, es mayor el peligro de nuevas aventuras golpistas. La experiencia histórica en AL es clara, lo de Allende en Chile, es un ejemplo. El brutal golpe se dio a pesar del inmenso apoyo popular y el alto nivel de organización de los partidos y movimientos sociales que lo respaldaban.
Siendo posible que vuelvan a intentar un golpe la extrema derecha, con el apoyo de la ultraizquierda, activos y juntos en el 30-S, estando claro que muchas ONG reciben apoyo externo, que falta mucho para consolidar la institucionalidad militar democrática, hay que estar alerta. El Presidente lo ha pedido, al igual que recordó que no habrá perdón ni olvido para quienes asesinaron a varias personas e hirieron y ultrajaron a centenares.
Hay que recrear la democracia por todos los medios, haciéndola participativa y real y observar a plenitud la Constitución en lo militar y policial; sobre todo, coordinar con las organizaciones populares y los Comités de la Revolución Ciudadana de AP las acciones para su defensa.
La oportunidad de las próximas elecciones es muy buena para ello. Amplitud democrática, alianzas con movimientos sociales, claridad programática, ofertas electorales con programas y proyectos prioritarios, unidad de acción para ganar la Asamblea y aprobar leyes necesarias, destierro del sectarismo y de posiciones personales y utilitarias, redoblar las tareas por el pueblo y la patria.