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El Telégrafo

Patrón oro

30 de agosto de 2012

De acuerdo al borrador del programa electoral del Partido Republicano, que se aprobará la próxima semana, se propone la creación de una “Comisión del Oro”, que se encargaría de estudiar la posibilidad de que el sistema monetario norteamericano volviese a vincular el dólar al oro. El objetivo sería crear un sistema monetario más sólido, como medida para evitar que vuelva a producirse una crisis económica de mayor envergadura.

La comisión serviría exclusivamente para hacer recomendaciones y permitiría reabrir el debate sobre las ventajas de abandonar el sistema fiduciario vigente, que ha demostrado ser un fiasco, y regresar al ya conocido patrón oro, lo que cortaría de raíz la impresión de billetes y nos obligaría a volver a una economía más real y no basada en el endeudamiento.

Pienso que esta propuesta es interesante en estos tiempos de turbulencias económicas, puesto que el crecimiento desorbitado de las economías occidentales, basado en el endeudamiento, ha llegado a su fin. Ahora bien, la cuestión sería preguntarse por qué la extrema derecha estadounidense trata de resucitar el patrón oro.

La respuesta podría ser “austeridad”, es decir, replicar en los Estados Unidos las políticas económicas de la Eurozona: disminución de déficit, recorte del estado de bienestar y devaluación interna vía reducción de salarios. A propósito, el premio Nobel de Economía del año 2008, Paul Krugman, en su última obra: “¡Acabad ya con esta crisis!”, habla de los “austeríacos” para referirse a esta nueva especie de políticos defensores a ultranza de la austeridad mezclada con los postulados de la Escuela Austríaca de Economía.

El experimento de la zona euro está en marcha y ya vemos cómo va. En la actualidad, parece ser que la receta quiere ser adoptada por los republicanos en el mismo país de donde procede la agobiante crisis en la que todos los pueblos estamos inmersos.   

Sin embargo, no debemos olvidar los grandes inconvenientes de vincular una moneda al metal precioso. De entrada, una medida así beneficiaría a los países en posesión de recursos auríferos, ya que la cantidad de dinero en circulación dependería de las reservas de oro de cada país, lo que dejaría fuera de juego a muchos otros países, donde ese metal escasea.

Quiero concluir diciendo que el sistema del dinero fiduciario es un desastre, pero volver al patrón oro haría más notables las diferencias entre los países con yacimientos y los que no disponen de este metal precioso. Salvo que se encontrara una enorme roca de oro del tamaño de Júpiter, tal vez serviría para respaldar todas las deudas y préstamos del sistema financiero mundial.

Todo esto huele a desesperación, debido a que en los EE.UU. ya no saben qué hacer para evitar el más que probable derrumbe de su moneda y de su economía. En consecuencia, posiblemente hoy no sea un sistema demasiado fiable y, por supuesto, no contará con el respaldo de los gobiernos de las principales economías del orbe.

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