Los procesos para cambiar la matriz productiva del país y consolidar su economía significa la interacción entre los diferentes sectores sociales que utilizan los recursos en sus actividades productivas, para procesarlos pasando de extractivista y de productor primario a productor de bienes con valor agregado para la exportación.
Para lograr este objetivo en nuestra economía -históricamente agrícola- es urgente establecer políticas de Estado de apoyo para la modernización y tecnificación de esta actividad y la de aprovechamiento eficiente de los recursos hídricos, que es uno de los recursos con los que cuenta el país en volúmenes generosos (cuatro veces más que el promedio mundial), indispensables para la agricultura sostenible y para el mejoramiento de la calidad de vida actuando como eje transversal de activación entre los diferentes componentes del desarrollo: salud, riego, industria, energía, etc...
Las evaluaciones realizadas sobre la potencialidad de los recursos naturales renovables para la agricultura son favorables y actualmente su producción primaria representa el segundo rubro en importancia económica de la balanza comercial ecuatoriana y socialmente cuenta con un sector de pequeños productores de fuerte vocación agrícola. Este sector, para su progreso, presenta notorias limitaciones de acceso a la tierra, organización y capacitación. Limitaciones que, de superarse, mediante políticas de Estado de fomento de la productividad y capacitación, constituirían un apoyo efectivo para lograr la nueva matriz productiva.
Una situación limitante similar tenemos respecto al aprovechamiento de los recursos hídricos. Su enorme potencial hidrológico contrasta con los modestos aprovechamientos de su caudal y la baja cobertura de las actuales demandas de riego, sobre todo en las épocas de estiaje o en las temporadas de sequías, cada vez más frecuentes.
Es de señalarse también que en áreas de cultivos extensivos, como las zonas bananeras y cañaverales, se advierten altos índices de contaminación por pesticidas, lo cual afecta a las napas de agua subterránea, importante reserva para circunstancias críticas de limitaciones de agua superficial.
Estos problemas, derivados de una deficiente gestión integrada de los recursos hídricos y falta de una sólida política de desarrollo agrícola, no son actuales. Han sido históricamente olvidados.
La propuesta de la nueva matriz productiva es un vigoroso impulso para encontrar soluciones permanentes camino al desarrollo.