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El Telégrafo

La modernización agrícola por mecanización

01 de octubre de 2013

En los planes de modernización agrícola es imprescindible analizar hasta qué punto es económica la contribución potencial de la mecanización para la realización de trabajos de campo que reemplazan a los realizados por la fuerza animal o la actividad del hombre.

Por la necesidad de obtener resultados oportunos mediante la transferencia de las modernas tecnologías agrícolas en los países en desarrollo, se ha optado  como solución la mecanización sin advertir que esta forma parte de un complejo conjunto de interacciones entre numerosos aspectos agronómicos, técnicos y sociales, como son la capacitación, la extensión y la investigación agrícola, a lo que hay que añadir el conocimiento de los impactos negativos que se pueden ocasionar por el uso irracional de los recursos naturales y la agudización del desempleo rural, lo cual ha originado cuestionamientos sobre la eficiencia de los indicados programas para los países subdesarrollados.

En nuestro país, dentro de la concepción del desarrollo rural integral, se estableció el Proyecto Babahoyo (1978), el cual tenía un ambicioso plan de mecanización agrícola, organizándose el Centro de Mecanización con más de 300 unidades, entre ellas: 52 cosechadoras combinadas, 86 tractores y sus aperos: aradas, rastras, sembradoras y mureadoras. En 1988 se clausuró el centro y su maquinaria fue rematada.

La administración, acusando fallas, fue desmantelada, el deterioro acelerado de los equipos por falta de mantenimiento era notable y el comportamiento de los usuarios se calificó como negativo, entre otras razones para  clausurar el servicio.

Secuelas parecidas a la anteriormente indicada fueron observadas en proyectos formulados para suministrar servicios de tractores a través de organismos gubernamentales en diferentes países en vías de desarrollo, los cuales dieron lamentablemente similares resultados y las causas fueron las de siempre “al costo distorsionado del capital en comparación con la mano de obra y los animales de tiro, destrucción de las máquinas por falta de mantenimiento, canibalismo por falta de repuestos, una mala administración crónica y las ineficacias intrínsecas de cualquier servicio de maquinaria manejado por el Estado”.

La mecanización agrícola, sin ninguna duda, ha resuelto problemas que han permitido mantener el aumento de la producción, así como el crecimiento de la superficie sembrada para evitar el hambre, pero en las inversiones para estos fines deben estar como condiciones indispensables la capacitación y la participación del usuario.

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