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El Telégrafo

La depredación de los recursos naturales

28 de julio de 2012

El desarrollo tiene como objetivo la seguridad y el bienestar de la sociedad, mediante el aprovechamiento de sus recursos naturales básicos, como son el agua y la tierra. El reparto inequitativo, la falta temporal o permanente de estos recursos han originado grandes sufrimientos sociales, como los descritos por Pearl Buck en su libro “La buena tierra”, Steinbeck, “Las viñas de la ira”; Jorge Icaza, “Huasipungo”.

Situaciones de escasez  originan casos como el tráfico de las pateras que actualmente cruzan el Mediterráneo con los africanos que enfrentan el riesgo de morir ahogados para hacer agricultura en Europa. 

Un rápido reconocimiento de la geografía ecuatoriana es suficiente para estimar que cuenta generosamente con recursos naturales y condiciones climáticas que facilitan la producción agrícola diversificada garantizando la seguridad alimentaria.

El Ecuador es un país  en donde en un trayecto muy corto de su territorio se pueden observar diversos paisajes climáticos, como en Manglaralto: las playas desérticas, las formaciones de maleza desértica, bosque espinoso con la presencia del cactus, bosque tropical seco, hasta llegar a bosque tropical húmedo, aunque esta última formación está fuertemente agredida por la explotación forestal indiscriminada.

En la Cuenca del Guayas, así mismo, se pueden observar las diferentes formaciones de los pisos climáticos hasta llegar a las nieves permanentes del Chimborazo, haciendo un viaje virtual desde la línea ecuatorial hasta los polos del planeta, pero con un ejemplo objetivo de sus paisajes que incluyen los de montano bajo, montano alto y páramo.

Una de las advertencias de estas observaciones es la reflexión que, si bien el Ecuador ha sido suficientemente dotado de recursos naturales, su mal uso está originando la degradación acelerada de los mismos por prácticas de cultivo inadecuados, existiendo la posibilidad que a corto plazo sufran notable deterioro. Esto es posible comprobarlo en la cuenca aportante del Daule-Peripa, donde se indica que ha sido intervenida toda su cobertura de bosques primarios.

Tengo la convicción de que los técnicos de nuestros organismos estatales tienen recopilada información y mucha de ella procesada para la elaboración de eficientes planes de manejo, pero estos darán resultado solamente cuando sean compartidos con los campesinos y estos estén debidamente organizados para cumplirlos en su beneficio.

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