El pueblo de Venezuela sintió profundamente la muerte del Comandante Hugo Chávez; su acción fecunda penetró muy hondo, al igual que la identidad con sus anhelos y objetivos nacionales.
Con su liderazgo, tras el “caracazo”, brutal represión y asesinato de miles en el gobierno de Andrés Pérez, el levantamiento militar popular del 4 de febrero de 1992, la posterior elección de presidente y reelecciones, convertido en referente de la lucha latinoamericana contra el capitalismo de rapiña, se diseñó un camino claro, allí destaca lo siguiente:
La reforma política, con la aprobación popular de la constitución de avanzada, la organización del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y del poder popular, basado en la vinculación con las masas organizadas en movimientos, gremios, barrios, con capacidad de participación en decisiones fundamentales del Estado democrático y descentralizado, que cubre todo el territorio y la elección popular de gobernadores, amén de Municipios y organizaciones comunitarias; la recuperación de la soberanía nacional; la vinculación al proceso y su defensa, junto al pueblo, de las FF.AA. Bolivarianas.
La reforma social, con políticas redistributivas del ingreso y la riqueza; la incorporación de la propiedad social; las Misiones de salud comunitaria, educación, deportes y acción para la participación organizada del pueblo, el desarrollo del proceso revolucionario; la reforma educativa y el fomento de lo científico y técnico; el desarrollo de la comunicación democrática, derrotando al monopolio de grandes medios.
La reforma económica, con la recuperación del petróleo de manos de la oligarquía vendida a las transnacionales y su uso social y productivo; fortalecimiento de la acción del Estado en la economía; construcción progresiva de una economía endógena; la soberanía alimentaria, junto a la liquidación del latifundio y el uso productivo de tierras ociosas.
En política internacional, con la visión de Simón Bolívar, precursor del antiimperialismo en América Latina, se combatió el mundo unipolar, fortaleciendo las relaciones con China, Rusia, Irán y Cuba, defendió la soberanía de Afganistán, Irak, Libia y Siria. Se ayudó a crear el ALBA, UNASUR y CELAC (OEA, sin EE.UU. ni Canadá). Se incorporó al MERCOSUR, desechando los TLC en el Grupo Andino.
En el comercio se impulsó la integración en solidaridad y apoyó a Cuba, intercambiando petróleo por salud, educación y deportes; a Ecuador, crudo por derivados, ayudando a romper monopolios de intermediación; con Argentina y Uruguay, crudo por vacas preñadas y alimentos; se organizó Petro Caribe. En comunicaciones, Telesur para América Latina; el Banco del Sur y el Sucre.
Los resultados son muy positivos. El pueblo lo reconoce. Ahora, con la presencia de Chávez en su corazón y mente y el triunfo de Nicolás Maduro, se afianzarán los contenidos y desarrollos del PROYECTO NACIONAL SIMÓN BOLÍVAR, PRIMER PLAN SOCIALISTA DE LA NACIÓN.
El Socialismo del Siglo XXI en Venezuela se orienta con Bolívar, principios y bases ideológicas como solidaridad, defensa de la naturaleza, economía productiva, propiedad social y colectiva, reconocimiento del trabajo como eje central del desarrollo, fusión Fuerzas Armadas y pueblo.
Los pueblos ahora tienen también a Chávez como referente. Por ello el pueblo venezolano grita ¡Chávez vive, la lucha sigue! ¡Chávez no murió, se multiplicó! La Revolución Ciudadana tiene mucho que aprender de este proceso.