Luego de 16 años de erupciones que motivaron evacuaciones a punta de fusil y terminaron en peregrinaciones obligadas y ver el volcán Tungurahua, su último despertar empieza con la típica crisis volcánica que en realidad es una crisis mediática más, que se inicia con la falta de periodistas especializados en un tema que apasiona a todo el planeta.
En los centros de interpretación volcánica del primer mundo, sea Francia o Japón, existen grandes espacios dedicados a la ciudad de Baños y a su población, que ha logrado un imposible: convivir con un volcán activo, algo que aquí no importa ni interesa, es más, se lo ocultó deliberadamente y por 10 años Baños fue borrada de los mapas.
En década y media el Ecuador no ha podido parir un@ periodista especializad@ en vulcanología que pueda hacer un recuento racional y atrayente de las sucesivas reactivaciones, con fotos secuenciadas, una colección de videos estremecedoramente bellos y que dé conferencias en diferentes países, donde existen regiones que valoran con intensidad toda esta experiencia a ser compartida con poblaciones que se enfrentan a fenómenos similares, con el infundado terror que los medios por su naturaleza tienden a imbuir.
La Ley de Comunicación vigente vino a frenar el uso y abuso del volcán hasta satanizarlo como elemento impulsador de ventas y de ranking, es decir, se aterrorizó a un país para ganar dinero a costa de hundir la economía de una ciudad y una región que viven del turismo.
Esta misma ley dice que toda información debe ser veraz, verificada y ‘contextualizada’, algo que incluso la prensa mercantilista lo entiende y lo asume, pero decepciona que sean algunos ‘Medios Públicos’ los que esta semana difundieron información con un afán preventivo y proteccionista que cae en el alarmismo infundado y que no muestran en sus noticias el ‘contexto’ turístico y social que tiene este nuevo proceso eruptivo, socavando la política de Estado, de convertir al turismo en nuestro primera generador de ingresos.
Ninguna ciudad en Ecuador se benefició tanto de la Ley de Comunicación como Baños y toda su planta turística, incluidas las de ciudades cercanas como Riobamba y Puyo, destinos en los cuales se motivan a miles de turistas cada año a realizar actividades que complementan la amplia oferta de Baños, ciudad escuela de todo estudiante de turismo del Ecuador y destino que sin los recursos, ni concursos, ni magnificencias de las grandes ciudades, tiene muchos más turistas reales.
El volcán ha sido la mejor unidad de medida del egoísmo de muchos medios, que al día siguiente de emitir una noticia pavorosa del volcán, vía email nos invitan a pautar para ‘atraer’ los turistas que ellos asustan. También nos muestra el absurdo concepto de seguridad al mantener la carretera Penipe-Baños abandonada, cuando la lógica indica que si miles de pobladores deben evacuar tendría que ser por una carretera expedita que dé fluidez al tránsito y no que los coches queden atascados en tanto bache o derrapen en tanto lastre.
Este es el volcán más mediático del Ecuador: 16 años de erupciones recurrentes con un promedio de 2 a 3 anuales y cada vez la prensa actúa como si viera la primera fumarola.