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El Telégrafo
 Pablo Salgado, escritor y periodista

Ecuador, hacia la innovación y el conocimiento

23 de enero de 2015

Es muy significativo que la celebración de los 8 años de la Revolución Ciudadana no se haya realizado bajo el concepto de ‘tarima dura y pura’ de los siete años anteriores. Y más bien se haya elegido integrar al concepto de la ‘nueva era’ como transición hacia el país del conocimiento. Yachay fue el escenario elegido, la primera ciudad del conocimiento, lo cual también es muy decidor; una señal clara de hacia dónde se dirigirán los mayores esfuerzos de la gestión de gobierno.  

Paralelamente se realizó el programa Innópolis; una mezcla de feria y academia, que permitió exhibir los proyectos innovadores que actualmente se desarrollan en el país. Esfuerzos aislados, incipientes e incluso precarios.  (Sin contar con algunos ministerios que aún creían que estaban en la tradicional ‘feria ciudadana’ y presentaron stands con folletos y propaganda de su gestión).  

Innópolis es el punto de partida; mucho entusiasmo y aún pocos resultados. Pero de eso se trata, de caminar hacia un país con investigación, con nuevas tecnologías, con una educación superior de calidad e innovación. Además, también es muy decidor el eslogan de la feria: ‘Conocimiento es libertad’.  

Yachay supera el ámbito universitario, y de ahí lo novedosa y atractiva de la propuesta. Es también un centro de emprendimientos y parque tecnológico, en donde se asentarán grandes compañías, como Enfarma, Sysco Systems o la Toyota. Además, todos los institutos públicos serán reconvertidos en institutos de investigación y estarán en Yachay.  Esto implica una gran inversión en la construcción de una gran infraestructura que solo estará terminada en 2025.

La educación es un punto clave en los cambios ejecutados en estos ocho años de gobierno. Esos cambios son visibles y evidentes. Se ha pasado de una inversión del 1% al 2,2% del PIB. Aunque recordemos que Dilma Rousseff prometió, en su segundo mandato, llegar al 10% del PIB. Es decir, aún estamos muy lejos del país, Brasil, con mayor inversión en educación de la región.

Cada vez que vemos, y conocemos, una nueva escuela del milenio entendemos, con alegría, que este es uno de los mayores cambios que heredará la Revolución Ciudadana. Sin embargo, también entendemos que no solo se trata de dotar de nuevas infraestructuras con las más actuales tecnologías, sino de transformar los conceptos básicos de una nueva educación. Y siento, sentimos muchos, que allí hay todavía un gran vacío.

La gestión del Ministerio de Educación está enfocada en cumplir sus metas presupuestarias a través de infraestructuras y se ha olvidado de los jóvenes. Solo se ejerce autoridad y no se dialoga, y peor aún: no se escucha a los jóvenes. Y ese olvido genera un vacío que es ‘aprovechado’ por los opositores de siempre.

Finalmente, en la misma línea de Yachay, vale la pena insistir en dos preguntas: ¿Se puede iniciar el paso hacia el país del conocimiento, si Ecuador es el único país de la región que no cuenta con un plan nacional de lectura ni un sistema nacional de bibliotecas? ¿Un país que no lee podrá transformarse en un país del conocimiento?

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