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El Telégrafo
Rodolfo Bueno

¡Ares, salve a los EE.UU.!

16 de febrero de 2015

El presidente Obama, pese a reconocer en CNN su participación en el golpe de Estado de Ucrania, amenazó con aplicar nuevas sanciones a Rusia, esperando ver si así puede derrotarla sin comenzar la guerra caliente; también amenazó con entregar armas letales a Poroshenko para que extermine al pueblo del Donbás, porque si no lo hace, van a votarlo a patadas.

La canciller Merkel y presidente Hollande, cansados del vasallaje y asustados de una guerra que se aproxima a sus fronteras, viajaron a Moscú y Minsk para apaciguar los ánimos, algo es algo, y lograr junto a Putin la paz en el Donbás, paz que pasa por un inmediato cese al fuego, el diálogo directo entre Kiev y Donbás, el reconocimiento de los derechos ancestrales del sureste ucraniano y el retiro de todos los mercenarios de Ucrania.  

¡Ares, salve a los EE.UU.!, debería ser la invocación con la que el presidente Obama termine sus discursos y no la perogrullada: ¡Dios, salve a los EE.UU.!, porque este dios griego encarna mejor la brutalidad, la violencia y los horrores, de los que hace alarde el sector belicoso de ese país al entorpecer la solución de los problemas políticos y sociales del mundo mediante “guerras humanitarias”. Es que, igual que Ares, los EE.UU. no pueden sobrevivir sin guerras, se arruinarían.

Parecería que en Washington, capital belicosa del mundo, igual que en Esparta, ciudad belicosa de la antigua Grecia, se venera a Ares y lo tienen encadenado, como hacían los espartanos, para evitar que los abandone durante sus guerras de rapiña. Les convendría recordar que, pese a su brutalidad, Ares no siempre salió victorioso de sus aventuras militares e incluso fue herido por Hércules en dos ocasiones y Diomedes en la Guerra de Troya; lo hirió con una pica y lo obligó a refugiarse en el Olimpo. Los héroes griegos representan a los pueblos del mundo que defienden sus riquezas, Vietnam, Cuba y las milicias del Donbás, por nombrar unos pocos.

Ares jamás fue socio digno de confiar porque era capaz de apoyar al mismo tiempo a los dos bandos en conflicto, igual a lo que hacen los EE.UU. con Irak y el Estado Islámico, o de abandonar o traicionar al contrincante que hasta hace poco apoyaban; en este caso la semejanza con la política de los EE.UU. es patética, si no, que lo diga Noriega, por mencionar a alguien.

El problema mayor del IMG es estar encabezado por los EE.UU., caracterizados por una puerilidad de espanto y por la falta de madurez con que imponen sus criterios anacrónicos. Ejemplos sobran: Inglaterra devolvió Hong Kong a China; en cambio los EE.UU. malogran sus relaciones con América Latina al ocupar ilegalmente Guantánamo, convertirla en centro universal de torturas y no devolverla caprichosamente a su dueño, Cuba.

Presidente Obama, ¿por qué en lugar de invocar a Ares no pide mejor la protección de Atenea, que representa lo inteligente y meditado del arte de la paz y de la guerra, a ver si así obtiene algo de sabiduría y puede gobernar el poco tiempo que le falta y que tanto necesita? Recuerde que el que mucho abarca poco aprieta. Eso le pasa a su país.

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