En la acusación del fiscal Pío Jaramillo Alvarado sobre “La victimación del general Alfaro y sus tenientes” se señala que: “quien examine el proceso con la atención y el ánimo sereno que es preciso, encontrará que no existe el deseo de esclarecer la verdad; que un soplo de cobardes condescendencias conmueve todas sus páginas”. Al continuar su lectura, se evidencia una suerte de complot para que no aparezcan los culpables; sin embargo el Fiscal, en forma documentada, acusa ante la historia al gobierno de Carlos Freire Zaldumbide por el execrable crimen. Jorge Pérez Concha, en su premiada biografía de Eloy Alfaro, incluye la correspondencia entre algunos protagonistas de los nefastos hechos, la que devela la intención del gobierno mencionado de ejercer una cruel venganza contra los vencidos de Huigra y Yaguachi, puesta de manifiesto en el irrespeto al convenio con el Cuerpo Consular suscrito entre los generales Montero y Plaza para entregar Guayaquil.
A partir del cobarde asesinato del general Montero, Alfaro conocía la suerte que le esperaba. ¿Cuáles serían los pensamientos del caudillo liberal en el largo viaje en su tren? Llevaba consigo la Historia del Ferrocarril, que confió al cuidado de Carlos Andrade, hermano del general Julio Andrade, quien seguiría la suerte de los victimados el 28 de enero, propiciada por la ambición de los mismos asesinos.
Al retornar al país ante el requerimiento del general Montero, Alfaro dirigió un mensaje a la nación en el que subraya su condición de mediador y clama por una solución pacífica a través de la entrega del poder a un civil de aquilatados méritos, lo que es rechazado por militares que ambicionaban la máxima dignidad del país. Pero la historia impone su veredicto final: Ecuador conmemora conmovido el centenario de la “Hoguera Bárbara”, con la cual mentes retardatarias creyeron sepultar la obra y el pensamiento del gran Alfaro.
Parodiando la consigna cubana referida al nacimiento de Martí y al asalto al Moncada: “1953: Parecía que el héroe iba a desaparecer el año de su centenario”, podemos decir que los esfuerzos de la reacción durante cien años por minimizar la herencia del héroe radical y de sus tenientes fueron derrotados por el pueblo ecuatoriano al elegir en 2007 un gobierno que se declaró inspirado en Bolívar y Alfaro, que ha organizado, desde su ascenso, los homenajes que Ecuador debía al más grande ecuatoriano de todos los tiempos y que se esfuerza por avanzar en su luminosa huella.