La lengua zápara está de luto. El lunes pasado falleció Cesario Santi, uno de los cinco precursores de la lengua zápara. Solo quedan cuatro: las hermanas Mocutsagua y Ana María Santi, así como Malaku y Albrito Ushigua. Todos ellos tendrían entre 80 y 95 años.  Santi falleció de muerte natural, a los 100 años. Era "un viejo sabio" de la comunidad Jandiayaku, ubicado en el río Conambo, en Pastaza.  Manari Ushigua, presidente de la nacionalidad zápara, contó que actualmente hay 575 personas, en 11 comunidades del país. Reconoce que la "lengua" se está perdiendo, porque hay quienes prefieren hablar quichua antes que el idioma záparo.  Por ello, han implementado sus propias escuelas. Existen 12, en donde se educan entre 40 y 45 niños.  Muchos de los jóvenes salieron de la comunidad. De los 575 habitantes, un 70% solo estudió en la escuela; el 30% restante estudió en colegios y universidades, pero por fuera de la comunidad.  Ushigua cree que el sonido (fonética) de la lengua zápara se está perdiendo en las nuevas generaciones y, por ello, estima que estarían en riesgo. Además, cree que el ingreso de empresas mineras a sus comunidades es un peligro, "porque traen consigo enfermedades como hepatitis, infecciones, que en nuestras comunidades no existen y atentan con nuestras vidas".  Se diferencian  de los quichuas, según Ushigua, porque son "descendientes del mono aullador; por ello, nuestro cabello es rojo". En su comunidad hablan tres idiomas: español, quichua y záparo.  En la cultura Zápara, cuando mueren, es tradición dejar al cuerpo dos días afuera para reunir a la familia. "Compartir la tristeza", manifestó Ushigua. Luego de ello, lo entierran en un lugar de la comunidad. No tienen cementerios; por ello, buscan montañas, "para que no se lo lleve el agua".  En 2011, solo hubo ocho ancianos que hablaban con total fluidez su lengua, considerada Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, pero dos murieron. EL TELÉGRAFO publicó en 2011, el reportaje 'Lengua de tribu Zápara a un paso de extinguirse', en donde se informó que en 1680 la comunidad estaba integrada por cerca de 98.500 miembros, pero a principios del siglo XX la cifra se había reducido a 20.000, según el Ministerio Coordinador de Patrimonio. El censo de población de 2010 determinó que 559 personas, que equivale al 0,05% del total de población indígena a nivel nacional, se identificaron como záparas. Según ese estudio, la población estaría asentada principalmente en  Pastaza (82%), pero también en Pichincha (8%) y en el resto de provincias (11%). Lea detalles mañana, en la edición impresa de EL TELÉGRAFO