Walter García, ministro del Ambiente, calificó como positivos los esfuerzos de Ecuador por conservar los bosques y frenar la deforestación. Durante la Conferencia de las Partes del Convenio de Biodiversidad (COP13), que se desarrolla en Cancún (México) hasta el 17 de diciembre, el secretario de Estado indicó que en la actualidad el 51% de la superficie total del país está cubierta por bosques nativos. García recordó que el Estado declaró un tercio del territorio nacional bajo conservación y manejo ambiental, lo que equivale a 8,2 millones de hectáreas. Añadió que los ecosistemas forestales fueron declarados, desde 2008, como frágiles que requieren un tratamiento especial, por lo que se establecieron garantías para su conservación, aprovechamiento sustentable y recuperación. De esta manera, dijo, fue posible revertir los niveles críticos de deforestación que experimentaba el país, pues en las últimas dos décadas se redujo la tasa neta de deforestación anual en un 49%. De acuerdo a información difundida por el Ministerio del Ambiente, García indicó que esos resultados fueron posibles con la ejecución de acciones de conservación, manejo sostenible, restauración y monitoreo de bosques. Entre ellas se destaca el incremento de la productividad agrícola y la seguridad alimentaria, a través del fomento de sistemas productivos sostenibles con el trabajo coordinado con la Autoridad Agraria Nacional. A través del establecimiento del Programa 'Socio Bosque', se incorporaron 1,5 millones de hectáreas a la conservación, mediante la entrega de incentivos monetarios a 190 mil propietarios con una inversión que bordea los $ 52 millones, desde 2008 hasta la actualidad. Por último, el fortalecimiento del Sistema Nacional de Control Forestal y Vida Silvestre que realiza un monitoreo integral en territorio de la movilización de madera y el control de fauna silvestre proveniente de los bosques nativos del país. En estos esfuerzos el Estado ecuatoriano invirtió cerca de $ 24 millones desde 2012. El ministro García instó a las naciones a impulsar las agendas y objetivos de los países asistentes para que trasciendan de ser metas declarativas para pasar a la generación de un cambio de paradigma de desarrollo, a través de nuevos enfoques, visiones para alcanzar la conservación de la biodiversidad alrededor del planeta. (I)